PONENCIA CENTRAL:
PROFESORA RAFAELA VOS OBESO "DESENCUENTROS Y ENCUENTROS DE LOS GÈNEROS EN LA HISTORIA- RETOS Y PERSPECTIVAS".
Por: Rafaela Vos Obeso.
Socióloga,
Magíster en Ciencias Políticas, Magíster en Historia.
Profesora Emèrita de la Universidad. del Atlántico
La historia y la sociología de los géneros evidencian los cambios lentos de las vivencias de los sexos, y sus interpretaciones, arrojan análisis que permiten dar lectura de la profundidad de los mismos.
Interpretar los encuentros y los desencuentros confluye con las elucubraciones de corrientes de pensamientos humanistas, que han aportado a el tema nuevas formas de mirar e interpretar las relaciones entre hombres y mujeres, considerado por ello, como una de las grandes contribuciones de las ciencias humanas en los últimos 30 años. Ganar espacios sociales, políticos y económicos para el sexo femenino ha implicado deconstruir teorías, imaginarios, representaciones sociales, enquistadas en las culturas presionando de esta forma, interactividad e interdisciplinaridad en el conocimiento en unos de los filones más rico del pensamiento moderno como son los estudios de género. Investigar desde la interdisciplinaridad el sentir, pensar, actuar es decir la historia, la sociología, antropología, psicología entre otras de las mujeres, incluye interpretar el sentir pensar y actuar de la masculinidad.
Realizar una mirada histórica, arroja visiones del mundo, nuevos paradigmas, formas de poder, y de participación ciudadana es decir la construcción de la democracia. Estos análisis se constituyen en termómetros sociales del respecto de la dignidad humana, lo cual no ha sido de fácil conquista para la humanidad, porque seguirá siendo una lucha por el respeto a las diferencias de todo tipo.
Cuando en el siglo XVlll Olympa de Gouges fue guillotina por Robespierre por reivindicar los derechos de ciudadanía de las mujeres, al reflexionar que habían luchado en la revolución francesa de 1848, -y finalizada ésta- las mujeres fueron excluidas de los llamados “derechos del hombre”, marcó un hito para la historia, traída a la superficie en la reconstrucción y reivindicación de los derechos humanos de las mujeres. Pero ésta abominable decisión no quedó impune para las generaciones venideras, que dialogando con la historia la sociología política y recavando en los socavones de la memoria, han evidenciado las intolerancias humana soportada por culturas y mentalidades sociales en donde el ejercicio del poder se ha materializado a través de la exclusión.
Pero es que contra la exclusión el imperativo es la educación. Es por ello que voy a dividir la exposición en nodos centrales: la importancia de la educación en el crecimiento y autonomía personal, las angustias del ejercicio de la sexualidad femenina y masculina, y las tipologìas de violencias.
Empezaré recapitulando sobre nuestra historia. En nuestro país, la idea de que las mujeres recibieran una educación institucional tomó fuerzas en el siglo XVlll, iniciativa que quedó plasmada cuando en la Nueva Granada, se fundó el colegio de la enseñanza, claustro que educó a niñas de diferente condición social, bajo las estrictas normas de los valores religioso. La lucha por la libertad se impuso con el advenimiento de la república, proyecto político cuyo principio era el de formas “ciudadanos libres”. Pero las restricciones de ciudadanía se siguieron manteniendo para la mayoría de la población, puesto que se mantuvo la esclavitud y el estatuto legal de los indígenas para ciertos aspectos tributarios y de propiedad territorial.(1)
Ha de transcurrir más de un siglo para que uno de los ejercicios de ciudadanía, con el derecho al voto en 1957 se hiciese realidad: la conquista por la educación, no solo fue excluyente para las mujeres, también lo fue para los hombres sin patrimonio económico ni abolengo social.
Sin embargo avances en relación a la educación se fueron dando. La instrucción primaria como la media superior fue una de las primeras preocupaciones de los gobiernos republicanos, particularmente de Bolívar y Santander. El nuevo Estado necesitaba ampliar su clase dirigente y capacitarla y asumir nuevas tareas en la administración pública, en la conducción de las relaciones exteriores, en las mismas labores educativas y en las actividades privadas, expresa Jaime Jaramillo Uribe en el artículo “La Universidad Colombiana”.(2)
El impulso a la educación de las mujeres por parte del General Francisco de Paula Santander , como parte del proyecto de la Gran Colombia, fue muy importante. “Sin embargo la educación femenina, carente de un programa adecuado e influida por la idea de que las mujeres no necesitaban los mismos conocimientos que los varones, siempre fue a la zaga.”(3)
El Estado entonces, obliga a los conventos a establecer escuelas para niñas. Las monjas en los conventos, deberían ser instruidas para ejercer el magisterio, pero la falta de capacitación pedagógica, indujo a monjas y laicas a enfatizar en la educación religiosa y doméstica, aspectos donde las mujeres se debían desempeñar mejor que “en Gramática, Historia y Matemáticas.” (4)
Por otro lado, la generación de los liberales radicales, que gobernaron durante la mitad del siglo XlX, se vio influenciada en su pensamiento político por acontecimientos mundiales, entre otros la revolución francesa de 1848 con sus principios de libertad, igualdad, fraternidad. La época fue propicia para desarrollar cambios y estremecer las mentalidades de una sociedad cerrada que llevaba a cuesta las costumbres sociales y políticas de un pasado colonial.
Se puede señalar entre los factores que dinamizaron los cambios, a la prensa como promotora de las transformaciones que se iban dando. En la capital, la élite intelectual bebió del saber en libros como, El Judío errante de Eugenio Sue, El Tulipán negro y Paulina de Alejandro Dumas, La mendiga, los Girondinos de Lamartine; los Miserables de Víctor Hugo entre otros. A esta lista de autores se puede agregar los nombres de Eugenio Sue, George Sand, (seudónimo que utilizó la escritora francesa Aurore Dupin ante la imposibilidad de que las mujeres pudiesen editar sus obras) quienes pasaron a la historia como pensadores y pensadoras que influenciaron a una generación por su romanticismo, “la intención social de sus novelas, sus héroes y heroínas, tomadas de los bajos fondos sociales, y su fácil sentimentalismo, que resultaba muy a propósito para un medio cultural en formación y para un público de intelectuales y artesanos en trance de participación política y de actividad intelectual.”(5).
Así, la influencia de Víctor Hugo se prolongó hasta 1880. “El poeta era entonces en Francia el campeón de las causas humanitarias, y de las reformas políticas que los progresistas neogranadinos querían ver realizadas en tierras americanas; supresión de la pena de muerte, mitigación de las normas penales, reformas carcelarias, encaminadas a corregir y no a castigar delincuentes, defensa de la infancia desamparada, protección de la mujer “perdida” y del anciano.”(6 )
La contribución de estos escritores, a una sociedad profundamente conservadora fue evidente, coadyuvando a que líderes sociales y políticos interpretaran románticamente el cristianismo, como una religión de oprimidos quienes vieron en la figura de Cristo un líder popular.(7) De esta manera la propuesta de la separación de la Iglesia del Estado fue una de las luchas más importantes que dio el liberalismo radical de medio siglo, contra la radicalidad del partido conservador, porque no se veía a la iglesia como representante de las personas desprotegidas.
En este contexto en donde la libertad se discutía como un derecho, se dieron las condiciones para que se estableciera por la ley nacional del 20 de junio de 1853, el divorcio. Ley que rigió hasta 1856, año en que fue expedida otra ley que abolió la disolución del matrimonio.
La Constitución de 1853, aprobó así mismo el derecho al voto masculino sin restricciones, y la legislatura provincial de Vélez “dio un paso más y votó para extender el sufragio a las mujeres con la especificación de que estuvieran debidamente representadas, como lo estaban los hombres, en las juntas electorales, para que existiera la certeza de que su participación fuese realmente efectiva.(8) Ninguna veleña ejerció este derecho porque la Corte Suprema anuló el decreto de Vélez argumentando que ninguna provincia podía otorgar más derechos que la constitución nacional.
Vemos así que, los principios de igualdad, fraternidad y de justicia legado de la revolución francesa y que iluminó el pensamiento de una generación no fue equitativa para las mujeres, ya que la dignidad como principio de justicia se le era negada al sexo femenino, puesto que la tradición se imponía a cualquier criterio que abogase por la autonomía de las mujeres.
El principio de autonomía que podía ser fomentado desde la educación para que las mujeres pudieses asumir la responsabilidad de su propia vida, siguió siendo un proyecto aplazado para generaciones futuras.
No obstante, en 1870 se estableció crear en cada capital de los estados federales una Escuela Normal. Creándose la primera de ellas en Bogotá en 1872,; sin embargo el énfasis en estos estudios para las mujeres, se logró fundamentalmente para finales de la década del veinte del siglo pasado.
De debe destacar también en este contorno la labor de las comunidades religiosas, puesto que el aporte más grande en materia educativa la realizaron las hermanas de la Presentación de origen francés, quienes abrieron colegios en 33 poblaciones colombianas entre el período de 1873 a 1900.
Al mismo tiempo la educación para las mujeres siguió siendo un privilegio reducido para un sector social, la cual seguía enfatizándose en ser buena esposa y madre. Esta inducción era complementada con clases de lectura y escritura, bordados, tejidos, y otras expresiones artísticas, como clases de dibujo cuyos diseños debían reflejar la naturaleza, excluyendo de esta, los bocetos de los cuerpos desnudos, considerados indecente por la moralidad de la época.
De hecho, el cuadro general de la educación en el siglo XlX “muestra que las destrezas y habilidades necesarias para desempeñarse en el mundo del trabajo seguía transmitiéndose en el medio familiar o en las propias faenas de las haciendas y latifundios a las que desde muy temprana edad se vinculaban los niños.”(9)
Así, la religión atravesó vertebralmente las instituciones educativa y familiar, piezas claves en la reafirmación del compromiso espiritual con la Iglesia. El período de la Regeneración del gobierno de Núñez en 1886 y la firma del Concordato con la Santa Sede dio esta oportunidad a la iglesia, liderazgo que se mantuvo hasta 1930, período en que gobernó a el país el partido conservador. De esta manera, la pedagogía católica se afianzó, promoviendo la educación laica fomentada por el viejo radicalismo, y las rígidas normas morales continuaron regulando la institución familiar(10)
Los años veinte del siglo pasado, devienen con cambios que estremecen al país, introduciéndose transformaciones en el desarrollo industrial, comercial, por las cual las instituciones del país se fueron transformando lentamente. Los “años del ruido” como los denomina el historiado Mauricio Archila le inyectaron al país una dinámica diferente. Las mujeres ingresaron a los estudios comerciales, y se legitima la profesión de maestras.
No obstante se dividen las opiniones acerca del tipo de educación que debían recibir. Sus enemigos, tildaban a las mujeres que propugnaban por una mejor educación como de “insulsas bachilleras” amantes de “novelas perniciosas”. El otro sector abogaba por una mejor educación, porque moralizar a las mujeres era una forma de velar por el pudor público, cuya matriz era el hogar. De esta manera se alejaba a las mujeres de pensamientos pecaminosos.
Al mismo tiempo, para la década en 1927, María Rojas Tejada, institutora antioqueña, se quejaba en una conferencia pronunciada en Pereira “de que en Colombia los mas altos institutos de educación femenina no daban ni siquiera una preparación equivalente al bachillerato masculino y afirmaba que “la mujer que quiere saber un poco más tiene que estudiar sola y exponerse a recibir las críticas sociales que por eso se le hacen.”(11)
Desde décadas atrás voces femeninas como la de Soledad Acosta de Samper, se venían pronunciado por la limitada formación educativa que recibían las mujeres, tema que fue una de las deliberaciones que se realizó en el Congreso Femenino, que se dio en Bogotá en 1930. En dicho evento, mujeres como Ofelia Uribe de Acosta, Virginia Fletcher y otras líderes nacionales e internacionales abogaron por el derecho a la educación del sexo femenino, y le solicitaron al Congreso colombiano la aprobación de leyes que ratificaran este derecho así como su ingreso a la universidad.
Sin embargo, cuando en 1930 se dio un debate sobre la necesidad del sufragio femenino., se lee con curiosidad en el Diario del Comercio de Barranquilla un escrito firmado por Leopoldo Lugones en el que afirmaba que el sufragio femenino es una “una violencia arbitraria sobre las costumbres, resultaría un elemento de corrupción”, y continúa:”la igualdad de sexos ante la ley, a igualdad de virtudes, correspondería a igualdad de vicios y de derechos; la mujer es la reina; posee la soberanía de la belleza y de la ternura y requiere trono y altar. Por eso el feminismo no prospera. La mujer latina requiere trono y altar. Por eso el feminismo no prospera. La mujer latina comprende por instinto, es decir, como artista, que su realeza es superar su libertad, .prefiere todavía ser reina o princesa de sus esfuerzos frustráneos a ciudadana del padrón electoral. Y continúa: “La mujer nace para ser reina, es decir para el dominio y por esto no entenderá nunca la libertad y la igualdad. Igualarla es destronarla. Es incompatible con la democracia.” (12)
A pesar de los acuerdos y desacuerdos en torno a la educación de las mujeres colombianas y los debates acerca de, si podía ser o no ciudadana, el gobierno liberal de Enrique Olaya Herrera con la expedición de los decretos 1.874 de 1932 y 227 de 1933, aprueba el ingreso del sexo femenino a los estudios secundarios en igualdad de condiciones con los varones para que pudiesen cursar estudios superiores.
Pero por un lado, iban los decretos y las leyes, y por otro, las costumbres, con el remanente de la resistencia del clero y de la sociedad al cambio. Sobrevivía la composición sobre los sexos como rezagos de tradiciones. Los sexos debían estudiar separadamente. La Iglesia se oponía a la educación mixta. Tal posición se basaba en la encíclica del papa Pío Xl, en la que afirmaba que este sistema era peligrosos para la educación cristiana, puesto que estaba fundada en doctrinas naturalistas que negaban el pecado original y se producía como resultado de la promiscuidad y la igualdad niveladora de los sexos.(13)
En 1934, a raíz de las declaraciones de Jorge Eliécer Gaitán - siendo rector de la Universidad Libre,-decidió apoyar públicamente el ingreso de las mujeres a la educación superior; dicha posición causó escándalo para los moralistas en el país, y los comentarios en los principales periódicos no se hicieron esperar. Sin embargo el periódico la Prensa de Barranquilla, defendió la posición del líder y en su editorial del 5 de agosto de 1934, escribió el siguiente editorial::
“En Colombia el tiempo ha pasado en bizantinas discusiones que han impedido el ingreso de la mujer a la universidad. En su terrible e invencible misoneísmo(sic) hay quienes fijan como programa máximo para la educación de la mujer el que se cumple en los conventos de religiosas y los colegios particulares puestos bajo la advocación de la Virgen María y que nunca pasa de las nociones de geografía e historia patria, los ejercicios ortográficos, el catecismo de Astete y los cánticos interminables a la madre de todos los afligidos, fuera de esto, el estudio completo de la historia natural de los programas de higiene y en síntesis, de lo que va a ser la vida de la mujer se desecha como una tentación demoníaca.”(14)
Es importante anotar, a pesar de la oposición de los pudorosos, desde el año de 1932, la Universidad de Antioquia había permitido el ingreso de las mujeres a sus claustros en la facultad de odontología. Así mismo la Universidad de Cartagena concedió el grado de médica a una norteamericana desde los remotos años de 1925. (15) Así mismo en 1936 la Universidad Nacional de Colombia admitió la primera mujer bachiller, pero fue en 1937 cuando ingresó el primer grupo de mujeres a esta institución(16)
No obstante de estos tímidos avances, el ingreso de las mujeres a las universidades fue lento, traumático y elitista. No solo por el peso de las costumbres sociales sino familiares. La estadísticas así lo señalan: “”en el años de 1938 egresaron de las universidades colombianas 278 hombres y 6 mujeres, en el año de 1944 lo hicieron 402 varones y 11 mujeres; en el año de 1948 fueron 740 hombres y 74 mujeres; en 1950, 737 varones y 128 mujeres. Hasta el año de 1965 todavía de daban grandes diferencias en la educación profesional masculina y femenina, cuando egresaron 2.784 hombres y 915 mujeres”(17)
Se puede afirmar que la educación tuvo un impulso muy significativo en la época del Frente Nacional. Pero esta tendencia se debilitó a finales de los años sesenta , declinándose sensiblemente para los años ochenta.
Elsy Bonilla por ejemplo , en una investigación sobre la educación de las mujeres en Colombia, América Latina y el Caribe realizada para la UNESCO en 1992, afirma que “el freno de la expansión educativa se presentó en un momento en el cual el nivel educativo de la población aún no sobresalía internacionalmente y se caracterizó por generar una creciente desigualdad de acceso al sistema, hasta el punto de haber alcanzado en el decenio de los ochenta, una inequidad educativa mayor que la de todos los países del mundo con excepción de la India. En el desarrollo educacional de los últimos 15 años, ha primado un esquema institucional y administrativo en el que prevalecen el centralismo, el desorden, la falta de coordinación e información, que han pospuesto los frutos económicos y sociales de la expansión educativa.”(18)
Sin embargo podemos afirmar que en Colombia al igual que otros países de América Latina, el incremento de acceso de la educación de las mujeres y su participación escolar, han sido el resultado de cambios socio-económicos globales que a políticas específicamente dirigidas hacia este sector de la población.
En la investigación mencionada la misma autora afirma que diferentes estudios han evidenciado que en el país “ la posición de los hombres está determinada por su ubicación en la estratificación social y por la región en que se desenvuelven, y la de las mujeres por estos mismos factores y adicionalmente por su género”. Es decir continúa la autora”que en los estratos socio-económicos y en los contextos regionales mas atrasados las mujeres se encuentran en condiciones mas desventajosa que los hombres de los mismos estratos.”(19)
Mas sin embargo, podemos observar que “las tasas de analfabetismo han disminuido en las últimas dos décadas de 16.8% en 1978 a 9.1% en 1993, pero las mujeres siguen siendo ligeramente mayores que la de los varones: 9,8% frente a 8.4%. Así mismo, los índices de analfabetismo son mas altos en la población rural que en la urbana: 21.5% en las mujeres rurales, mientras las colombianas urbanas en estas condiciones solo llegan a 6.3%, y los colombianos de estos sectores a 5.4%. Un hecho que se destaca es que en la región Atlántica predominan de manera mas marcada el analfabetismo y la inasistencia escolar.”(20)
Pero a nivel de estudios superiores en la última década las colombianas han registrado un gran avance. En efecto, las matrículas universitarias de 1995 revelan un número superior de mujeres comparado con el de los hombres en múltiples áreas: ciencias de la educación, salud, derecho, ciencia política, economía, administración, contaduría y afines, y una cifra casi similar respecto a las personas de ambos sexos matriculadas en matemáticas y ciencias naturales, en las áreas de agronomía, veterinaria y afines e ingeniería, arquitectura y urbanismo siguen predominando los varones y en los niveles de especialización y maestrías las mujeres reducen notablemente su participación, con excepción de la que alcanzan en las ciencias de la educación.”(21) Estos esfuerzos no se compensan con las oportunidades en el mercado, en donde los imaginarios sobreviven, siendo las mujeres y los/las jóvenes el sector más vulnerable para el desempleo.
Hoy los retos desde la educación son diversos, nos enfrentamos a temas complejos con la juventud, en donde tenemos el deber moral de formar a las nuevas generaciones desde la diferencia pero también desde el respeto de su propio cuerpo, y esto tiene relación con la sexualidad, en donde existen encuentros y desencuentros. Una cultura en donde se ha cosificado el cuerpo femenino y masculino con énfasis en el femenino, nos enfrenta a grades retos y desafíos.
Si bien en el siglo pasado rompimos durante la llamada “revolución sexual” de la década de los 60 y 70 con muchas de las tradiciones y concepciones sobre la sexualidad y las conductas sexuales, hoy ustedes se están planteando una subjetividad diferente. Sin embargo, pienso que la juventud actual se siente atrapadas entre la moral tradicional, y lo que se considera hoy lícito en materia sexual. También asume muchos miedos porque ha de enfrentar la ruptura de costumbres, pero también riesgos en salud reproductiva y sexualidad, como lo son los embarazos indeseados a edades tempranas, las enfermedades de transmisión sexual, el aborto en condiciones inadecuadas y la prostitución. Se presentan asimismo problemas emocionales relacionadas con los celo, la posesividad y la violencia hacia la pareja sexual.
Se define la sexualidad como un elemento básico de la identidad de los hombres y las mujeres, de su auto imagen y autoconciencia que tiene su base en el cuerpo y en las relaciones que cada hombre o mujer, establece con otras personas y con su entorno. A su vez estas relaciones están enmarcada en la cultura donde los seres humanos socializan, involucrándose entonces en la misma, factores biológicos, psicológicos y socioculturales. La sexualidad entonces, está íntimamente relacionada con todo lo que realizamos y somos, constituyéndose en un elemento muy importante para la maduración en la adolescencia, y un componente básico en la identidad personal, determinante para el desarrollo y la estructuración de la autoestima, así como de las relaciones interpersonales.
Para la juventud la vivencia de la sexualidad está íntimamente ligada a las circunstancias que los rodean, dependiendo del ambiente familiar y escolar, de factores socioculturales, y de las actitudes de su grupo. Los factores mencionados ejercen influencia directa sobre las actitudes y el comportamiento de los y las adolescentes. Por lo general el ejercicio de la genitalidad estimula para que se establezcan relaciones interpersonales significativas. Sin embargo en la experiencia cotidiana de cada joven, la vida sexual no siempre conduce al placer, sino que a menudo es fuente de frustraciones, angustias y sentimientos de culpabilidad.
Y si lo anterior le añadimos las cargas culturales en relación a los mitos sobre lo femenino y lo masculino el panorama se vuelve mas complejo.
¿Cómo conversar sobre la sexualidad de la pareja? Debemos hablar de ella, en vez de concentrarnos en solo el de la mujer? no hay fórmula única para dialogar y conversar sobre el tema, depende de si se ha construido o no, una relación respetuosa, saludable, equitativa, y creativa en las dos partes. Debemos preguntarnos: ¿Será posible hablar de la sexualidad femenina sin relacionarla con la masculina? En el contexto de la heterosexualidad, es evidente que no. Somos seres con cosmogonías del mundo diferentes, pero en las relaciones heterosexuales y en el contexto de la sexualidad hombres y mujeres deben interactuar para que el resultado sea saludable. Interactuar es diferente a controlar…lo último deteriora la relaciones de pareja porque querer poseer a la otra o el otro en la relación amorosa, en un acto invasivo que viola el derecho a la autonomía.
Invadir a la otra persona en las relaciones amorosas, nos avoca a uno de los temas mas preocupante como es el de las violencias, y entre estas la violencia sexual, la cual día a día arrebata la vida de cientos de mujeres en el mundo.
La violencia soterrada, simbólica, física, sexual nos decían, que debía ser resuelta según las costumbres, en el espacio íntimo del hogar, ese espacio donde cotidianamente mueren miles de mujeres. El movimiento de mujeres y las feministas, trajeron a la superficie la problemática en los años 60, reivindicando el contenido filosófico de los discursos aquel eminente sociólogo Jhon Stuart Mills(1806-1863…), que en oposición a los radicales norteamericanos a la renuente violación de los derechos humanos de las mujeres y de la población negra, fue uno de los que promovió la célebre frase “lo personal es político”. Las mujeres feministas llaman la atención sobre la violencia de género, y denuncian la renuente tolerancia de la sociedad y los Estados a estos actos brutales. (22)
El movimiento se enfrentan con la realidad, ya que no existían cifras para visibilizar y denunciar los asesinatos de todo tipo de violencias que se ejerce contra las mujeres, cuyas causas y efectos se encontraban escondidas en las zonas mas oscuras de la conciencia colectiva. (23)
Desde 1975, década llamada de la mujeres, se empieza a visibilizar este flagelo, y con los esfuerzos de las Naciones Unidas, se hace evidente ante instancias internacionales, funcionarios/ras, instituciones, ONG, entre otros, de la necesidad de desarrollar leyes que protegiesen a las mujeres. Aproximadamente a mediados de la década del 90 las organizaciones de mujeres que trabajan en el estudio de la violencia de género y en atención a la víctima, plantean la necesidad de la aprobación de leyes integrales.
El asesinato de las hermanas Mirabal por el régimen de Lucas García en República Dominicana en la década del 60, inspira a el movimiento de mujeres y al feminismo en los 80 para tomarlas como símbolo contra la lucha de las violencias contra las mujeres, y se llama la atención, afirmando que la violencia intrafamiliar no debe ser sinónimo de la violencia contra las mujeres, porque la primera encubre los altos índices de violencia, que un 90% se ejerce contra el seo femenino
Por ejemplo, recapitulemos tradiciones culturales en realidades culturales para ejemplificar violencia alimentadas desde la cultura. Todavía para el siglo XX y XXl millones de mujeres en el África sufren mutilaciones genitales, las cuales son practicadas entre los cuatro y los ocho años:
Nuria Varela en el libro citado, rescata la experiencia de Mender Nacer raptada a los 12 años en su tribu de Nuba en Sudán en 1994 , quien escapa años después en Londres cuando fue cedida a otra familia, y denuncia sus experiencias dolorosas en el libro Esclavas, cuando fue mutilada a los 11 años y en remembranza expresa:
“la mujer me sentó en un pequeño escabel de madera me separó las piernas todo lo que pudo. Hizo un agujero en la tierra delante de mi. Entonces sin decir una palabra, se puso de cuclillas entre mis piernas.
Sentí que me cogìa los labios de la vagina. Dejé escapar un grito que helaba la sangre. Con un rápido corte descendente de la cuchilla, me había cortado un trozo de carne. Lloraba y pataleaba intentando liberarme. El dolor era tan insoportable que no se puede describir, nadie se lo puede imaginar , ni en las mas terribles de las pesadillas. Pero mis hermanas y mi mare me tenían fuertemente sujeta y me mantenían las piernas separadas, así que la mujer seguía cortando. Sentí que me escurría la sangre por los muslos hasta el suelo. Y sentí a la mujer cogiendo trozos de mi carne y arrojándolo en el agujero que había hecho en el suelo. Pensé que me iba a morir….”(24)
Mender Nacer finaliza su relato afirmando que “me llevó al menos dos meses perdonar a mis padres por esto. Ahora sé que su temor era que nunca me casara. Ningún hombre nuba se casa con una mujer que no sea “estrecha” lo cual demuestra que es virgen. Mis padres creían que lo que hacían era lo mejor para mí.”(25) El libro citado lo escribió Nuria en el año 2002.
Junto a ésta dramática experiencia miles de mujeres en África mueren desangradas en el momento del parto, porque la vagina es demasiado estrecha para permitirles parir. El objetivo de la mutilación es el cierre del cuerpo de las mujeres, reservado para la entrada del futuro marido, y la asociación de sexualidad y dolor.
Todavía hoy en día el cuerpo de las mujeres es asumido como en el medioevo como botín de guerra, el caso colombiano nos ilustra y las cifras de desplazamiento son evidente. Las violaciones recurrente son denuncias cotidianas y los asesinatos de mujeres el pan de cada día. Nos preguntamos: ¿ se incrementó la violencia contra las mujeres? yo respondería que no, ha sido una constante histórica, solo que ahora es mas visible, y se está denunciando pero se agudiza en sociedades como la nuestra enferma de violencia, en donde la muerte como forma de resolver los conflictos está incorporado a nuestro hacer cotidiano. Realidades éticamente inaceptable para otras sociedades, en la nuestra el silencio y la autocomplacencia ante la violencias forma parte de nuestra cultura.
La realidad nos coloca de frente a una discusión sobre ¿Qué pasa en la sociedad? Cuales son los activadores de una cultura que genera violencia contra las mujeres? Se han elaborado profundas reflexiones, en donde pensadoras/res humanistas en género han entregado en los últimos 30 años los mas importantes aportes de las ciencias humanas. Y se deconstruye el conocimiento desde la historia, la sociología, el derecho, la psicología, filosofía antropología entre otros y se desenmascaran imaginarios y mentalidades en el sustrato del inconsciente colectivo. Se acuñan reflexiones sobre la ideología patriarcal, construida desde el poder para someter dominar y controlar a el sexo femenino desde diferentes mecanismo, y se afirma entonces que “la violencia de género se refiere a las agresiones contra las mujeres como fórmula para controlarlas y mantenerlas en la obediencia y en su rol tradicional.”
La violencia de género está naturalizada. El objetivo es negarla, ignorarla y ocultarla. Segùn Jorge Corsi, en su articulo Violencia y Género(26) la construcción de la masculinidad como factor de riesgo, mueve conciencias con su afirmación de que es necesario interrogarnos acerca de la relación existente entre la violencia y la construcción de los géneros, lo anterior lo proporcionan, continúa diciendo el autor, las estadísticas de criminalidad que elaboran los organismos internacionales : mas del 90% de los crímenes violentos alrededor del mundo son cometidos por personas del sexo masculino. Esto nos pone de frente a reflexionar sobre tres ejes: el proceso de naturalización de la violencia masculina, el proceso de la construcción de su identidad, y el proceso de construcción del poder en las relaciones de los géneros.
Estas reflexiones nos abocan a una reflexión enquistada en la mentalidad popular la cual sostiene que en “en peleas de marido no nos debemos meter” respondería al respecto “que si nos debemos meter” y de hecho lo hemos venido haciendo, desde que nos comprometimos con la vida, que defender nuestros derechos es un compromiso con los derechos humanos, lo que contiene historia, investigaciones profundas, aportes femeninos y masculinos sobre los mismo, pero también reflexiones que desde las ciencias humanas nos han entregado humanistas como Mills afirmando con aquella célebre frase que nos dice “lo personal es político”..la violencia contra las mujeres no debemos tratarla desde el mundo de la intimidad donde millones de mujeres han sido atrapadas por las redes de las violencias, la agresión es política porque viola el derecho a la dignidad …pero también es responsabilidad del estado desarrollar medidas preventivas para que mujeres y hombres no sigamos creyendo que el amor es abuso de poder, y que debe incluir la ética al otro o la otra del respeto, que el otro/ra no se puede consumir ni poseer, y que la esencia del amor es también libertad. Y la libertad es la esencia de los derechos humanos.( 27)
Cómo avanzar hacia nuevos paradigmas en la construcción de seres humanos con responsabilidad y autonomía? La Constitución de 1991, puso en escena realidades sociales, que no solo deben ser trabajadas desde el discurso, sino desde las prácticas educativas, en donde la escuela instaure principios de igualdad, equidad, respeto y cooperación entre los sexos, lo que lleva en sí grandes compromisos institucionales. Debemos resaltar que en todo proyecto educativo debe reconocerse la singularidad humana, y que, existen procesos de aprendizajes diferentes, que la estandarización promociona la violencia . No podemos perpetuar sistema de enseñanza que homogenicen niñas y niños, o perpetúen los roles tradicionales de la cultura en la práctica cotidiana de la escuela, o en las prácticas educativas a través del currículo explícito o el oculto, en donde se conservan concepciones que se encuentran invisible pero que se manifiestan en las actitudes del cuerpo docente.
Como lo afirma Delors Jacques, la educación tiene que asumir la difícil tarea de transformar la diversidad en un factor positivo de entendimiento mutuo entre las personas y el grupo humano. Su mas alta condición es brindar a cada cual los medios de una ciudadanía consciente autónoma y activa, cuya plena realización solo puede lograrse en el contexto de sociedades democráticas.(28)
Así la educación juega un papel muy importante para construir el ideal democrático, reiventando, revivificándolo, para llevar acciones comunes en pro de la libertad, la paz, el pluralismo y la justicia social.
Con estos principios democráticos construidos desde la educación se luchará contra todo tipo de exclusión: social, étnica, sexual, cultural, de género entre otras. De esta forma se incorpora el pluralismo como mecanismo protector contra las violencias la cual se ha convertido en un componente cultural, social y económico, jugando la reinvención del sistema educativo un papel importante para hacerle frente a las violencias y afirmar el derecho a la diferencia y a la apertura de lo universal.
Desde los lejanos años de 1772 pensadores como Condorcet y Diderot se interesaron en promover los derechos civiles y la educación de las mujeres, porque sabían la importancia de esta para su superación. Antes de suicidarse Condorcet en la cárcel, escribió una obra en la cual reconocía los derechos igualitarios para las mujeres. En las misma reivindicaba la enseñanza mixta en nombre de la igualdad, argumentando que “si un solo individuo es privado de sus derechos, el principio universal de la igualdad pierde todo su valor”.
Han transcurrido mas de dos siglos y la obra de Condorcet no pierde vigencia, La igualdad debe entenderse no como uniformidad, ni estandarización, sino en la afirmación en la diferencia en las relaciones equitativas, implica así mismo, la necesidad de construir autonomía, capaz de elegir y tomar decisiones llámese hombre o mujer, en ello la educación es parte vertebral de este proceso.
Gracias.
Rafaela Vos Obeso
VALLEDUPAR, CONGRESO NACIONAL DE ESTUDIANTES DE SOCIOLOGÌA, OCTUBRE DE 2006,
CITAS:
1. Ver: Jaramillo Uribe Jaime, La Universidad colombiana. En: la personalidad histórica e Colombia, editorial Ancora, Bogotá,1994.
2. Ibidem.
3. Ver: Tavera de Téllez Gladis, Tejidos Precolombino, inicio de la actividad femenina. En: Historia Crítica, No.9, Impresión: Arte Fotolito, Enero-Junio de 1994,
4. Ver: Martínez Aida, Los oficios mujeriles. Ibidem.
5. Jaramillo Uribe Jaime, la influencia de los Románticos Franceses y de la Revolución de 1848 en el Pensamiento Político Colombiano del siglo XlX. En:la personalidad Histórica de Colombia, Op. Cit. Pag.165.
6. Ibídem, pag. 176.
7. Ibidem.
8.Bushnell David, Colombia uba nación a pesar de sí misma, Editorial Planeta, Bogotá 1997, pag.158.
9.Renan, La Educación en Colombia, En: Nueva Historia de Colombia, Tomo lV, Editorial Planeta, Bogotá 1989.
10.Ver: Vos Obeso Rafaela, Mujer, Cultura y Sociedad en Barranquilla, Editorial: Fondo de Publicaciones Universidad del Atlántico, Bogotá 1999
11. Velásquez Toro Magdala, Condición Jurídica y social de la mujer,. En. Nueva Historia de Colombia, Tomo lV, Editorial Planeta, Bogotá,1989,pag.26
12- “El sufragio femenino”, en Diario del Comercio, Marzo 1 de 1930, Barranquilla, pag.10.
13. Vos Obeso Rafaela, Op. Cit. Pag.145
14- La Prensa, Año Vl, Num 1845, Agosto 5 de 1934, Editorial, Barranquilla, pag 5.
15. Velásquez Magdala , Op. Cit, pag. 37
16. Ibidem.
17.Ibidem.
18. Ver: Bonilla C Elsy, La Mujer Colombiana en la Universidad y en el mundo del Trabajo, En: Boletín Proyecto Principal de educación y el Caribe, UNESCO, Santiago de Chile, 1998, pags. 44-48.
19. Ibidem.
20 Rey de Maralunda 1981: Florez Echeverri y Bonilla, 1990, Presidencia de la República, 1991, Citado por: Elsy Bonilla, Ibidem, pag.45
21. Ver: La Equidad para las mujeres una realización inconclusa. Memorias de un debate. Imprenta nacional de Colombia, 1999, Santafé de Bogotá.
22.- Ver: Varela Nuria, Feminismo para principiantes, Ediciones B,S,A, España, 2005.
23- Ver: Vigarello Georges, Historia de la violación, siglo XVl-XX, Ediciones Cátedra, España, 1998.
24- Op. Cit, Varela Nuria, pags. 269,270,271.
25.- Ibidem.
26. Ver: Corsi Jorge, Graciela Marìa Peyrù, Violencias Sociales, Editorial Ariel, Barcelona, 3002
27. Thomas Florence, Conversaciones con Violeta. Conversaciones con Violeta, pags.101,102, Edit.Aguilar Bogotá, 2006.
28. Ver: Delors Jacq ues, La educación encierra un tersoreo, Editorial Santillana UNESCO, España, 1999.
PONENCIAS ESTUDIANTILES
Por: Rafaela Vos Obeso.
Socióloga,
Magíster en Ciencias Políticas, Magíster en Historia.
Profesora Emèrita de la Universidad. del Atlántico
La historia y la sociología de los géneros evidencian los cambios lentos de las vivencias de los sexos, y sus interpretaciones, arrojan análisis que permiten dar lectura de la profundidad de los mismos.
Interpretar los encuentros y los desencuentros confluye con las elucubraciones de corrientes de pensamientos humanistas, que han aportado a el tema nuevas formas de mirar e interpretar las relaciones entre hombres y mujeres, considerado por ello, como una de las grandes contribuciones de las ciencias humanas en los últimos 30 años. Ganar espacios sociales, políticos y económicos para el sexo femenino ha implicado deconstruir teorías, imaginarios, representaciones sociales, enquistadas en las culturas presionando de esta forma, interactividad e interdisciplinaridad en el conocimiento en unos de los filones más rico del pensamiento moderno como son los estudios de género. Investigar desde la interdisciplinaridad el sentir, pensar, actuar es decir la historia, la sociología, antropología, psicología entre otras de las mujeres, incluye interpretar el sentir pensar y actuar de la masculinidad.
Realizar una mirada histórica, arroja visiones del mundo, nuevos paradigmas, formas de poder, y de participación ciudadana es decir la construcción de la democracia. Estos análisis se constituyen en termómetros sociales del respecto de la dignidad humana, lo cual no ha sido de fácil conquista para la humanidad, porque seguirá siendo una lucha por el respeto a las diferencias de todo tipo.
Cuando en el siglo XVlll Olympa de Gouges fue guillotina por Robespierre por reivindicar los derechos de ciudadanía de las mujeres, al reflexionar que habían luchado en la revolución francesa de 1848, -y finalizada ésta- las mujeres fueron excluidas de los llamados “derechos del hombre”, marcó un hito para la historia, traída a la superficie en la reconstrucción y reivindicación de los derechos humanos de las mujeres. Pero ésta abominable decisión no quedó impune para las generaciones venideras, que dialogando con la historia la sociología política y recavando en los socavones de la memoria, han evidenciado las intolerancias humana soportada por culturas y mentalidades sociales en donde el ejercicio del poder se ha materializado a través de la exclusión.
Pero es que contra la exclusión el imperativo es la educación. Es por ello que voy a dividir la exposición en nodos centrales: la importancia de la educación en el crecimiento y autonomía personal, las angustias del ejercicio de la sexualidad femenina y masculina, y las tipologìas de violencias.
Empezaré recapitulando sobre nuestra historia. En nuestro país, la idea de que las mujeres recibieran una educación institucional tomó fuerzas en el siglo XVlll, iniciativa que quedó plasmada cuando en la Nueva Granada, se fundó el colegio de la enseñanza, claustro que educó a niñas de diferente condición social, bajo las estrictas normas de los valores religioso. La lucha por la libertad se impuso con el advenimiento de la república, proyecto político cuyo principio era el de formas “ciudadanos libres”. Pero las restricciones de ciudadanía se siguieron manteniendo para la mayoría de la población, puesto que se mantuvo la esclavitud y el estatuto legal de los indígenas para ciertos aspectos tributarios y de propiedad territorial.(1)
Ha de transcurrir más de un siglo para que uno de los ejercicios de ciudadanía, con el derecho al voto en 1957 se hiciese realidad: la conquista por la educación, no solo fue excluyente para las mujeres, también lo fue para los hombres sin patrimonio económico ni abolengo social.
Sin embargo avances en relación a la educación se fueron dando. La instrucción primaria como la media superior fue una de las primeras preocupaciones de los gobiernos republicanos, particularmente de Bolívar y Santander. El nuevo Estado necesitaba ampliar su clase dirigente y capacitarla y asumir nuevas tareas en la administración pública, en la conducción de las relaciones exteriores, en las mismas labores educativas y en las actividades privadas, expresa Jaime Jaramillo Uribe en el artículo “La Universidad Colombiana”.(2)
El impulso a la educación de las mujeres por parte del General Francisco de Paula Santander , como parte del proyecto de la Gran Colombia, fue muy importante. “Sin embargo la educación femenina, carente de un programa adecuado e influida por la idea de que las mujeres no necesitaban los mismos conocimientos que los varones, siempre fue a la zaga.”(3)
El Estado entonces, obliga a los conventos a establecer escuelas para niñas. Las monjas en los conventos, deberían ser instruidas para ejercer el magisterio, pero la falta de capacitación pedagógica, indujo a monjas y laicas a enfatizar en la educación religiosa y doméstica, aspectos donde las mujeres se debían desempeñar mejor que “en Gramática, Historia y Matemáticas.” (4)
Por otro lado, la generación de los liberales radicales, que gobernaron durante la mitad del siglo XlX, se vio influenciada en su pensamiento político por acontecimientos mundiales, entre otros la revolución francesa de 1848 con sus principios de libertad, igualdad, fraternidad. La época fue propicia para desarrollar cambios y estremecer las mentalidades de una sociedad cerrada que llevaba a cuesta las costumbres sociales y políticas de un pasado colonial.
Se puede señalar entre los factores que dinamizaron los cambios, a la prensa como promotora de las transformaciones que se iban dando. En la capital, la élite intelectual bebió del saber en libros como, El Judío errante de Eugenio Sue, El Tulipán negro y Paulina de Alejandro Dumas, La mendiga, los Girondinos de Lamartine; los Miserables de Víctor Hugo entre otros. A esta lista de autores se puede agregar los nombres de Eugenio Sue, George Sand, (seudónimo que utilizó la escritora francesa Aurore Dupin ante la imposibilidad de que las mujeres pudiesen editar sus obras) quienes pasaron a la historia como pensadores y pensadoras que influenciaron a una generación por su romanticismo, “la intención social de sus novelas, sus héroes y heroínas, tomadas de los bajos fondos sociales, y su fácil sentimentalismo, que resultaba muy a propósito para un medio cultural en formación y para un público de intelectuales y artesanos en trance de participación política y de actividad intelectual.”(5).
Así, la influencia de Víctor Hugo se prolongó hasta 1880. “El poeta era entonces en Francia el campeón de las causas humanitarias, y de las reformas políticas que los progresistas neogranadinos querían ver realizadas en tierras americanas; supresión de la pena de muerte, mitigación de las normas penales, reformas carcelarias, encaminadas a corregir y no a castigar delincuentes, defensa de la infancia desamparada, protección de la mujer “perdida” y del anciano.”(6 )
La contribución de estos escritores, a una sociedad profundamente conservadora fue evidente, coadyuvando a que líderes sociales y políticos interpretaran románticamente el cristianismo, como una religión de oprimidos quienes vieron en la figura de Cristo un líder popular.(7) De esta manera la propuesta de la separación de la Iglesia del Estado fue una de las luchas más importantes que dio el liberalismo radical de medio siglo, contra la radicalidad del partido conservador, porque no se veía a la iglesia como representante de las personas desprotegidas.
En este contexto en donde la libertad se discutía como un derecho, se dieron las condiciones para que se estableciera por la ley nacional del 20 de junio de 1853, el divorcio. Ley que rigió hasta 1856, año en que fue expedida otra ley que abolió la disolución del matrimonio.
La Constitución de 1853, aprobó así mismo el derecho al voto masculino sin restricciones, y la legislatura provincial de Vélez “dio un paso más y votó para extender el sufragio a las mujeres con la especificación de que estuvieran debidamente representadas, como lo estaban los hombres, en las juntas electorales, para que existiera la certeza de que su participación fuese realmente efectiva.(8) Ninguna veleña ejerció este derecho porque la Corte Suprema anuló el decreto de Vélez argumentando que ninguna provincia podía otorgar más derechos que la constitución nacional.
Vemos así que, los principios de igualdad, fraternidad y de justicia legado de la revolución francesa y que iluminó el pensamiento de una generación no fue equitativa para las mujeres, ya que la dignidad como principio de justicia se le era negada al sexo femenino, puesto que la tradición se imponía a cualquier criterio que abogase por la autonomía de las mujeres.
El principio de autonomía que podía ser fomentado desde la educación para que las mujeres pudieses asumir la responsabilidad de su propia vida, siguió siendo un proyecto aplazado para generaciones futuras.
No obstante, en 1870 se estableció crear en cada capital de los estados federales una Escuela Normal. Creándose la primera de ellas en Bogotá en 1872,; sin embargo el énfasis en estos estudios para las mujeres, se logró fundamentalmente para finales de la década del veinte del siglo pasado.
De debe destacar también en este contorno la labor de las comunidades religiosas, puesto que el aporte más grande en materia educativa la realizaron las hermanas de la Presentación de origen francés, quienes abrieron colegios en 33 poblaciones colombianas entre el período de 1873 a 1900.
Al mismo tiempo la educación para las mujeres siguió siendo un privilegio reducido para un sector social, la cual seguía enfatizándose en ser buena esposa y madre. Esta inducción era complementada con clases de lectura y escritura, bordados, tejidos, y otras expresiones artísticas, como clases de dibujo cuyos diseños debían reflejar la naturaleza, excluyendo de esta, los bocetos de los cuerpos desnudos, considerados indecente por la moralidad de la época.
De hecho, el cuadro general de la educación en el siglo XlX “muestra que las destrezas y habilidades necesarias para desempeñarse en el mundo del trabajo seguía transmitiéndose en el medio familiar o en las propias faenas de las haciendas y latifundios a las que desde muy temprana edad se vinculaban los niños.”(9)
Así, la religión atravesó vertebralmente las instituciones educativa y familiar, piezas claves en la reafirmación del compromiso espiritual con la Iglesia. El período de la Regeneración del gobierno de Núñez en 1886 y la firma del Concordato con la Santa Sede dio esta oportunidad a la iglesia, liderazgo que se mantuvo hasta 1930, período en que gobernó a el país el partido conservador. De esta manera, la pedagogía católica se afianzó, promoviendo la educación laica fomentada por el viejo radicalismo, y las rígidas normas morales continuaron regulando la institución familiar(10)
Los años veinte del siglo pasado, devienen con cambios que estremecen al país, introduciéndose transformaciones en el desarrollo industrial, comercial, por las cual las instituciones del país se fueron transformando lentamente. Los “años del ruido” como los denomina el historiado Mauricio Archila le inyectaron al país una dinámica diferente. Las mujeres ingresaron a los estudios comerciales, y se legitima la profesión de maestras.
No obstante se dividen las opiniones acerca del tipo de educación que debían recibir. Sus enemigos, tildaban a las mujeres que propugnaban por una mejor educación como de “insulsas bachilleras” amantes de “novelas perniciosas”. El otro sector abogaba por una mejor educación, porque moralizar a las mujeres era una forma de velar por el pudor público, cuya matriz era el hogar. De esta manera se alejaba a las mujeres de pensamientos pecaminosos.
Al mismo tiempo, para la década en 1927, María Rojas Tejada, institutora antioqueña, se quejaba en una conferencia pronunciada en Pereira “de que en Colombia los mas altos institutos de educación femenina no daban ni siquiera una preparación equivalente al bachillerato masculino y afirmaba que “la mujer que quiere saber un poco más tiene que estudiar sola y exponerse a recibir las críticas sociales que por eso se le hacen.”(11)
Desde décadas atrás voces femeninas como la de Soledad Acosta de Samper, se venían pronunciado por la limitada formación educativa que recibían las mujeres, tema que fue una de las deliberaciones que se realizó en el Congreso Femenino, que se dio en Bogotá en 1930. En dicho evento, mujeres como Ofelia Uribe de Acosta, Virginia Fletcher y otras líderes nacionales e internacionales abogaron por el derecho a la educación del sexo femenino, y le solicitaron al Congreso colombiano la aprobación de leyes que ratificaran este derecho así como su ingreso a la universidad.
Sin embargo, cuando en 1930 se dio un debate sobre la necesidad del sufragio femenino., se lee con curiosidad en el Diario del Comercio de Barranquilla un escrito firmado por Leopoldo Lugones en el que afirmaba que el sufragio femenino es una “una violencia arbitraria sobre las costumbres, resultaría un elemento de corrupción”, y continúa:”la igualdad de sexos ante la ley, a igualdad de virtudes, correspondería a igualdad de vicios y de derechos; la mujer es la reina; posee la soberanía de la belleza y de la ternura y requiere trono y altar. Por eso el feminismo no prospera. La mujer latina requiere trono y altar. Por eso el feminismo no prospera. La mujer latina comprende por instinto, es decir, como artista, que su realeza es superar su libertad, .prefiere todavía ser reina o princesa de sus esfuerzos frustráneos a ciudadana del padrón electoral. Y continúa: “La mujer nace para ser reina, es decir para el dominio y por esto no entenderá nunca la libertad y la igualdad. Igualarla es destronarla. Es incompatible con la democracia.” (12)
A pesar de los acuerdos y desacuerdos en torno a la educación de las mujeres colombianas y los debates acerca de, si podía ser o no ciudadana, el gobierno liberal de Enrique Olaya Herrera con la expedición de los decretos 1.874 de 1932 y 227 de 1933, aprueba el ingreso del sexo femenino a los estudios secundarios en igualdad de condiciones con los varones para que pudiesen cursar estudios superiores.
Pero por un lado, iban los decretos y las leyes, y por otro, las costumbres, con el remanente de la resistencia del clero y de la sociedad al cambio. Sobrevivía la composición sobre los sexos como rezagos de tradiciones. Los sexos debían estudiar separadamente. La Iglesia se oponía a la educación mixta. Tal posición se basaba en la encíclica del papa Pío Xl, en la que afirmaba que este sistema era peligrosos para la educación cristiana, puesto que estaba fundada en doctrinas naturalistas que negaban el pecado original y se producía como resultado de la promiscuidad y la igualdad niveladora de los sexos.(13)
En 1934, a raíz de las declaraciones de Jorge Eliécer Gaitán - siendo rector de la Universidad Libre,-decidió apoyar públicamente el ingreso de las mujeres a la educación superior; dicha posición causó escándalo para los moralistas en el país, y los comentarios en los principales periódicos no se hicieron esperar. Sin embargo el periódico la Prensa de Barranquilla, defendió la posición del líder y en su editorial del 5 de agosto de 1934, escribió el siguiente editorial::
“En Colombia el tiempo ha pasado en bizantinas discusiones que han impedido el ingreso de la mujer a la universidad. En su terrible e invencible misoneísmo(sic) hay quienes fijan como programa máximo para la educación de la mujer el que se cumple en los conventos de religiosas y los colegios particulares puestos bajo la advocación de la Virgen María y que nunca pasa de las nociones de geografía e historia patria, los ejercicios ortográficos, el catecismo de Astete y los cánticos interminables a la madre de todos los afligidos, fuera de esto, el estudio completo de la historia natural de los programas de higiene y en síntesis, de lo que va a ser la vida de la mujer se desecha como una tentación demoníaca.”(14)
Es importante anotar, a pesar de la oposición de los pudorosos, desde el año de 1932, la Universidad de Antioquia había permitido el ingreso de las mujeres a sus claustros en la facultad de odontología. Así mismo la Universidad de Cartagena concedió el grado de médica a una norteamericana desde los remotos años de 1925. (15) Así mismo en 1936 la Universidad Nacional de Colombia admitió la primera mujer bachiller, pero fue en 1937 cuando ingresó el primer grupo de mujeres a esta institución(16)
No obstante de estos tímidos avances, el ingreso de las mujeres a las universidades fue lento, traumático y elitista. No solo por el peso de las costumbres sociales sino familiares. La estadísticas así lo señalan: “”en el años de 1938 egresaron de las universidades colombianas 278 hombres y 6 mujeres, en el año de 1944 lo hicieron 402 varones y 11 mujeres; en el año de 1948 fueron 740 hombres y 74 mujeres; en 1950, 737 varones y 128 mujeres. Hasta el año de 1965 todavía de daban grandes diferencias en la educación profesional masculina y femenina, cuando egresaron 2.784 hombres y 915 mujeres”(17)
Se puede afirmar que la educación tuvo un impulso muy significativo en la época del Frente Nacional. Pero esta tendencia se debilitó a finales de los años sesenta , declinándose sensiblemente para los años ochenta.
Elsy Bonilla por ejemplo , en una investigación sobre la educación de las mujeres en Colombia, América Latina y el Caribe realizada para la UNESCO en 1992, afirma que “el freno de la expansión educativa se presentó en un momento en el cual el nivel educativo de la población aún no sobresalía internacionalmente y se caracterizó por generar una creciente desigualdad de acceso al sistema, hasta el punto de haber alcanzado en el decenio de los ochenta, una inequidad educativa mayor que la de todos los países del mundo con excepción de la India. En el desarrollo educacional de los últimos 15 años, ha primado un esquema institucional y administrativo en el que prevalecen el centralismo, el desorden, la falta de coordinación e información, que han pospuesto los frutos económicos y sociales de la expansión educativa.”(18)
Sin embargo podemos afirmar que en Colombia al igual que otros países de América Latina, el incremento de acceso de la educación de las mujeres y su participación escolar, han sido el resultado de cambios socio-económicos globales que a políticas específicamente dirigidas hacia este sector de la población.
En la investigación mencionada la misma autora afirma que diferentes estudios han evidenciado que en el país “ la posición de los hombres está determinada por su ubicación en la estratificación social y por la región en que se desenvuelven, y la de las mujeres por estos mismos factores y adicionalmente por su género”. Es decir continúa la autora”que en los estratos socio-económicos y en los contextos regionales mas atrasados las mujeres se encuentran en condiciones mas desventajosa que los hombres de los mismos estratos.”(19)
Mas sin embargo, podemos observar que “las tasas de analfabetismo han disminuido en las últimas dos décadas de 16.8% en 1978 a 9.1% en 1993, pero las mujeres siguen siendo ligeramente mayores que la de los varones: 9,8% frente a 8.4%. Así mismo, los índices de analfabetismo son mas altos en la población rural que en la urbana: 21.5% en las mujeres rurales, mientras las colombianas urbanas en estas condiciones solo llegan a 6.3%, y los colombianos de estos sectores a 5.4%. Un hecho que se destaca es que en la región Atlántica predominan de manera mas marcada el analfabetismo y la inasistencia escolar.”(20)
Pero a nivel de estudios superiores en la última década las colombianas han registrado un gran avance. En efecto, las matrículas universitarias de 1995 revelan un número superior de mujeres comparado con el de los hombres en múltiples áreas: ciencias de la educación, salud, derecho, ciencia política, economía, administración, contaduría y afines, y una cifra casi similar respecto a las personas de ambos sexos matriculadas en matemáticas y ciencias naturales, en las áreas de agronomía, veterinaria y afines e ingeniería, arquitectura y urbanismo siguen predominando los varones y en los niveles de especialización y maestrías las mujeres reducen notablemente su participación, con excepción de la que alcanzan en las ciencias de la educación.”(21) Estos esfuerzos no se compensan con las oportunidades en el mercado, en donde los imaginarios sobreviven, siendo las mujeres y los/las jóvenes el sector más vulnerable para el desempleo.
Hoy los retos desde la educación son diversos, nos enfrentamos a temas complejos con la juventud, en donde tenemos el deber moral de formar a las nuevas generaciones desde la diferencia pero también desde el respeto de su propio cuerpo, y esto tiene relación con la sexualidad, en donde existen encuentros y desencuentros. Una cultura en donde se ha cosificado el cuerpo femenino y masculino con énfasis en el femenino, nos enfrenta a grades retos y desafíos.
Si bien en el siglo pasado rompimos durante la llamada “revolución sexual” de la década de los 60 y 70 con muchas de las tradiciones y concepciones sobre la sexualidad y las conductas sexuales, hoy ustedes se están planteando una subjetividad diferente. Sin embargo, pienso que la juventud actual se siente atrapadas entre la moral tradicional, y lo que se considera hoy lícito en materia sexual. También asume muchos miedos porque ha de enfrentar la ruptura de costumbres, pero también riesgos en salud reproductiva y sexualidad, como lo son los embarazos indeseados a edades tempranas, las enfermedades de transmisión sexual, el aborto en condiciones inadecuadas y la prostitución. Se presentan asimismo problemas emocionales relacionadas con los celo, la posesividad y la violencia hacia la pareja sexual.
Se define la sexualidad como un elemento básico de la identidad de los hombres y las mujeres, de su auto imagen y autoconciencia que tiene su base en el cuerpo y en las relaciones que cada hombre o mujer, establece con otras personas y con su entorno. A su vez estas relaciones están enmarcada en la cultura donde los seres humanos socializan, involucrándose entonces en la misma, factores biológicos, psicológicos y socioculturales. La sexualidad entonces, está íntimamente relacionada con todo lo que realizamos y somos, constituyéndose en un elemento muy importante para la maduración en la adolescencia, y un componente básico en la identidad personal, determinante para el desarrollo y la estructuración de la autoestima, así como de las relaciones interpersonales.
Para la juventud la vivencia de la sexualidad está íntimamente ligada a las circunstancias que los rodean, dependiendo del ambiente familiar y escolar, de factores socioculturales, y de las actitudes de su grupo. Los factores mencionados ejercen influencia directa sobre las actitudes y el comportamiento de los y las adolescentes. Por lo general el ejercicio de la genitalidad estimula para que se establezcan relaciones interpersonales significativas. Sin embargo en la experiencia cotidiana de cada joven, la vida sexual no siempre conduce al placer, sino que a menudo es fuente de frustraciones, angustias y sentimientos de culpabilidad.
Y si lo anterior le añadimos las cargas culturales en relación a los mitos sobre lo femenino y lo masculino el panorama se vuelve mas complejo.
¿Cómo conversar sobre la sexualidad de la pareja? Debemos hablar de ella, en vez de concentrarnos en solo el de la mujer? no hay fórmula única para dialogar y conversar sobre el tema, depende de si se ha construido o no, una relación respetuosa, saludable, equitativa, y creativa en las dos partes. Debemos preguntarnos: ¿Será posible hablar de la sexualidad femenina sin relacionarla con la masculina? En el contexto de la heterosexualidad, es evidente que no. Somos seres con cosmogonías del mundo diferentes, pero en las relaciones heterosexuales y en el contexto de la sexualidad hombres y mujeres deben interactuar para que el resultado sea saludable. Interactuar es diferente a controlar…lo último deteriora la relaciones de pareja porque querer poseer a la otra o el otro en la relación amorosa, en un acto invasivo que viola el derecho a la autonomía.
Invadir a la otra persona en las relaciones amorosas, nos avoca a uno de los temas mas preocupante como es el de las violencias, y entre estas la violencia sexual, la cual día a día arrebata la vida de cientos de mujeres en el mundo.
La violencia soterrada, simbólica, física, sexual nos decían, que debía ser resuelta según las costumbres, en el espacio íntimo del hogar, ese espacio donde cotidianamente mueren miles de mujeres. El movimiento de mujeres y las feministas, trajeron a la superficie la problemática en los años 60, reivindicando el contenido filosófico de los discursos aquel eminente sociólogo Jhon Stuart Mills(1806-1863…), que en oposición a los radicales norteamericanos a la renuente violación de los derechos humanos de las mujeres y de la población negra, fue uno de los que promovió la célebre frase “lo personal es político”. Las mujeres feministas llaman la atención sobre la violencia de género, y denuncian la renuente tolerancia de la sociedad y los Estados a estos actos brutales. (22)
El movimiento se enfrentan con la realidad, ya que no existían cifras para visibilizar y denunciar los asesinatos de todo tipo de violencias que se ejerce contra las mujeres, cuyas causas y efectos se encontraban escondidas en las zonas mas oscuras de la conciencia colectiva. (23)
Desde 1975, década llamada de la mujeres, se empieza a visibilizar este flagelo, y con los esfuerzos de las Naciones Unidas, se hace evidente ante instancias internacionales, funcionarios/ras, instituciones, ONG, entre otros, de la necesidad de desarrollar leyes que protegiesen a las mujeres. Aproximadamente a mediados de la década del 90 las organizaciones de mujeres que trabajan en el estudio de la violencia de género y en atención a la víctima, plantean la necesidad de la aprobación de leyes integrales.
El asesinato de las hermanas Mirabal por el régimen de Lucas García en República Dominicana en la década del 60, inspira a el movimiento de mujeres y al feminismo en los 80 para tomarlas como símbolo contra la lucha de las violencias contra las mujeres, y se llama la atención, afirmando que la violencia intrafamiliar no debe ser sinónimo de la violencia contra las mujeres, porque la primera encubre los altos índices de violencia, que un 90% se ejerce contra el seo femenino
Por ejemplo, recapitulemos tradiciones culturales en realidades culturales para ejemplificar violencia alimentadas desde la cultura. Todavía para el siglo XX y XXl millones de mujeres en el África sufren mutilaciones genitales, las cuales son practicadas entre los cuatro y los ocho años:
Nuria Varela en el libro citado, rescata la experiencia de Mender Nacer raptada a los 12 años en su tribu de Nuba en Sudán en 1994 , quien escapa años después en Londres cuando fue cedida a otra familia, y denuncia sus experiencias dolorosas en el libro Esclavas, cuando fue mutilada a los 11 años y en remembranza expresa:
“la mujer me sentó en un pequeño escabel de madera me separó las piernas todo lo que pudo. Hizo un agujero en la tierra delante de mi. Entonces sin decir una palabra, se puso de cuclillas entre mis piernas.
Sentí que me cogìa los labios de la vagina. Dejé escapar un grito que helaba la sangre. Con un rápido corte descendente de la cuchilla, me había cortado un trozo de carne. Lloraba y pataleaba intentando liberarme. El dolor era tan insoportable que no se puede describir, nadie se lo puede imaginar , ni en las mas terribles de las pesadillas. Pero mis hermanas y mi mare me tenían fuertemente sujeta y me mantenían las piernas separadas, así que la mujer seguía cortando. Sentí que me escurría la sangre por los muslos hasta el suelo. Y sentí a la mujer cogiendo trozos de mi carne y arrojándolo en el agujero que había hecho en el suelo. Pensé que me iba a morir….”(24)
Mender Nacer finaliza su relato afirmando que “me llevó al menos dos meses perdonar a mis padres por esto. Ahora sé que su temor era que nunca me casara. Ningún hombre nuba se casa con una mujer que no sea “estrecha” lo cual demuestra que es virgen. Mis padres creían que lo que hacían era lo mejor para mí.”(25) El libro citado lo escribió Nuria en el año 2002.
Junto a ésta dramática experiencia miles de mujeres en África mueren desangradas en el momento del parto, porque la vagina es demasiado estrecha para permitirles parir. El objetivo de la mutilación es el cierre del cuerpo de las mujeres, reservado para la entrada del futuro marido, y la asociación de sexualidad y dolor.
Todavía hoy en día el cuerpo de las mujeres es asumido como en el medioevo como botín de guerra, el caso colombiano nos ilustra y las cifras de desplazamiento son evidente. Las violaciones recurrente son denuncias cotidianas y los asesinatos de mujeres el pan de cada día. Nos preguntamos: ¿ se incrementó la violencia contra las mujeres? yo respondería que no, ha sido una constante histórica, solo que ahora es mas visible, y se está denunciando pero se agudiza en sociedades como la nuestra enferma de violencia, en donde la muerte como forma de resolver los conflictos está incorporado a nuestro hacer cotidiano. Realidades éticamente inaceptable para otras sociedades, en la nuestra el silencio y la autocomplacencia ante la violencias forma parte de nuestra cultura.
La realidad nos coloca de frente a una discusión sobre ¿Qué pasa en la sociedad? Cuales son los activadores de una cultura que genera violencia contra las mujeres? Se han elaborado profundas reflexiones, en donde pensadoras/res humanistas en género han entregado en los últimos 30 años los mas importantes aportes de las ciencias humanas. Y se deconstruye el conocimiento desde la historia, la sociología, el derecho, la psicología, filosofía antropología entre otros y se desenmascaran imaginarios y mentalidades en el sustrato del inconsciente colectivo. Se acuñan reflexiones sobre la ideología patriarcal, construida desde el poder para someter dominar y controlar a el sexo femenino desde diferentes mecanismo, y se afirma entonces que “la violencia de género se refiere a las agresiones contra las mujeres como fórmula para controlarlas y mantenerlas en la obediencia y en su rol tradicional.”
La violencia de género está naturalizada. El objetivo es negarla, ignorarla y ocultarla. Segùn Jorge Corsi, en su articulo Violencia y Género(26) la construcción de la masculinidad como factor de riesgo, mueve conciencias con su afirmación de que es necesario interrogarnos acerca de la relación existente entre la violencia y la construcción de los géneros, lo anterior lo proporcionan, continúa diciendo el autor, las estadísticas de criminalidad que elaboran los organismos internacionales : mas del 90% de los crímenes violentos alrededor del mundo son cometidos por personas del sexo masculino. Esto nos pone de frente a reflexionar sobre tres ejes: el proceso de naturalización de la violencia masculina, el proceso de la construcción de su identidad, y el proceso de construcción del poder en las relaciones de los géneros.
Estas reflexiones nos abocan a una reflexión enquistada en la mentalidad popular la cual sostiene que en “en peleas de marido no nos debemos meter” respondería al respecto “que si nos debemos meter” y de hecho lo hemos venido haciendo, desde que nos comprometimos con la vida, que defender nuestros derechos es un compromiso con los derechos humanos, lo que contiene historia, investigaciones profundas, aportes femeninos y masculinos sobre los mismo, pero también reflexiones que desde las ciencias humanas nos han entregado humanistas como Mills afirmando con aquella célebre frase que nos dice “lo personal es político”..la violencia contra las mujeres no debemos tratarla desde el mundo de la intimidad donde millones de mujeres han sido atrapadas por las redes de las violencias, la agresión es política porque viola el derecho a la dignidad …pero también es responsabilidad del estado desarrollar medidas preventivas para que mujeres y hombres no sigamos creyendo que el amor es abuso de poder, y que debe incluir la ética al otro o la otra del respeto, que el otro/ra no se puede consumir ni poseer, y que la esencia del amor es también libertad. Y la libertad es la esencia de los derechos humanos.( 27)
Cómo avanzar hacia nuevos paradigmas en la construcción de seres humanos con responsabilidad y autonomía? La Constitución de 1991, puso en escena realidades sociales, que no solo deben ser trabajadas desde el discurso, sino desde las prácticas educativas, en donde la escuela instaure principios de igualdad, equidad, respeto y cooperación entre los sexos, lo que lleva en sí grandes compromisos institucionales. Debemos resaltar que en todo proyecto educativo debe reconocerse la singularidad humana, y que, existen procesos de aprendizajes diferentes, que la estandarización promociona la violencia . No podemos perpetuar sistema de enseñanza que homogenicen niñas y niños, o perpetúen los roles tradicionales de la cultura en la práctica cotidiana de la escuela, o en las prácticas educativas a través del currículo explícito o el oculto, en donde se conservan concepciones que se encuentran invisible pero que se manifiestan en las actitudes del cuerpo docente.
Como lo afirma Delors Jacques, la educación tiene que asumir la difícil tarea de transformar la diversidad en un factor positivo de entendimiento mutuo entre las personas y el grupo humano. Su mas alta condición es brindar a cada cual los medios de una ciudadanía consciente autónoma y activa, cuya plena realización solo puede lograrse en el contexto de sociedades democráticas.(28)
Así la educación juega un papel muy importante para construir el ideal democrático, reiventando, revivificándolo, para llevar acciones comunes en pro de la libertad, la paz, el pluralismo y la justicia social.
Con estos principios democráticos construidos desde la educación se luchará contra todo tipo de exclusión: social, étnica, sexual, cultural, de género entre otras. De esta forma se incorpora el pluralismo como mecanismo protector contra las violencias la cual se ha convertido en un componente cultural, social y económico, jugando la reinvención del sistema educativo un papel importante para hacerle frente a las violencias y afirmar el derecho a la diferencia y a la apertura de lo universal.
Desde los lejanos años de 1772 pensadores como Condorcet y Diderot se interesaron en promover los derechos civiles y la educación de las mujeres, porque sabían la importancia de esta para su superación. Antes de suicidarse Condorcet en la cárcel, escribió una obra en la cual reconocía los derechos igualitarios para las mujeres. En las misma reivindicaba la enseñanza mixta en nombre de la igualdad, argumentando que “si un solo individuo es privado de sus derechos, el principio universal de la igualdad pierde todo su valor”.
Han transcurrido mas de dos siglos y la obra de Condorcet no pierde vigencia, La igualdad debe entenderse no como uniformidad, ni estandarización, sino en la afirmación en la diferencia en las relaciones equitativas, implica así mismo, la necesidad de construir autonomía, capaz de elegir y tomar decisiones llámese hombre o mujer, en ello la educación es parte vertebral de este proceso.
Gracias.
Rafaela Vos Obeso
VALLEDUPAR, CONGRESO NACIONAL DE ESTUDIANTES DE SOCIOLOGÌA, OCTUBRE DE 2006,
CITAS:
1. Ver: Jaramillo Uribe Jaime, La Universidad colombiana. En: la personalidad histórica e Colombia, editorial Ancora, Bogotá,1994.
2. Ibidem.
3. Ver: Tavera de Téllez Gladis, Tejidos Precolombino, inicio de la actividad femenina. En: Historia Crítica, No.9, Impresión: Arte Fotolito, Enero-Junio de 1994,
4. Ver: Martínez Aida, Los oficios mujeriles. Ibidem.
5. Jaramillo Uribe Jaime, la influencia de los Románticos Franceses y de la Revolución de 1848 en el Pensamiento Político Colombiano del siglo XlX. En:la personalidad Histórica de Colombia, Op. Cit. Pag.165.
6. Ibídem, pag. 176.
7. Ibidem.
8.Bushnell David, Colombia uba nación a pesar de sí misma, Editorial Planeta, Bogotá 1997, pag.158.
9.Renan, La Educación en Colombia, En: Nueva Historia de Colombia, Tomo lV, Editorial Planeta, Bogotá 1989.
10.Ver: Vos Obeso Rafaela, Mujer, Cultura y Sociedad en Barranquilla, Editorial: Fondo de Publicaciones Universidad del Atlántico, Bogotá 1999
11. Velásquez Toro Magdala, Condición Jurídica y social de la mujer,. En. Nueva Historia de Colombia, Tomo lV, Editorial Planeta, Bogotá,1989,pag.26
12- “El sufragio femenino”, en Diario del Comercio, Marzo 1 de 1930, Barranquilla, pag.10.
13. Vos Obeso Rafaela, Op. Cit. Pag.145
14- La Prensa, Año Vl, Num 1845, Agosto 5 de 1934, Editorial, Barranquilla, pag 5.
15. Velásquez Magdala , Op. Cit, pag. 37
16. Ibidem.
17.Ibidem.
18. Ver: Bonilla C Elsy, La Mujer Colombiana en la Universidad y en el mundo del Trabajo, En: Boletín Proyecto Principal de educación y el Caribe, UNESCO, Santiago de Chile, 1998, pags. 44-48.
19. Ibidem.
20 Rey de Maralunda 1981: Florez Echeverri y Bonilla, 1990, Presidencia de la República, 1991, Citado por: Elsy Bonilla, Ibidem, pag.45
21. Ver: La Equidad para las mujeres una realización inconclusa. Memorias de un debate. Imprenta nacional de Colombia, 1999, Santafé de Bogotá.
22.- Ver: Varela Nuria, Feminismo para principiantes, Ediciones B,S,A, España, 2005.
23- Ver: Vigarello Georges, Historia de la violación, siglo XVl-XX, Ediciones Cátedra, España, 1998.
24- Op. Cit, Varela Nuria, pags. 269,270,271.
25.- Ibidem.
26. Ver: Corsi Jorge, Graciela Marìa Peyrù, Violencias Sociales, Editorial Ariel, Barcelona, 3002
27. Thomas Florence, Conversaciones con Violeta. Conversaciones con Violeta, pags.101,102, Edit.Aguilar Bogotá, 2006.
28. Ver: Delors Jacq ues, La educación encierra un tersoreo, Editorial Santillana UNESCO, España, 1999.
PONENCIAS ESTUDIANTILES
IGUALDAD A PARTIR DE LA DIFERENCIA.
LA PERSPECTIVA DE GÉNERO COMO CONTRIBUCIÓN A LA CONSTRUCCIÓN DE NACIÓN.
POR: PAULA ROCÍO BASTIDAS GRANJA
YAMID JONNATHAN JÁCOME MORA
RESUMEN.
Abordar la problemática de género implica tener claridad frente su concepto, este concepto se ha construido a partir de todo un proceso social y cultural en el que las personas han creado una identidad frente a lo femenino y lo masculino, dentro de ese proceso las mujeres y los hombres se han visto afectados no de igual manera, pero si ha provocado su distanciamiento entre ellas y ellos, algunas corrientes de feminismo extremo han tendido a considerar a los hombres como los directos culpables de la situación de la mujer. Solo en el momento en que se reconoce la importancia de la participación de los hombres y la existencia de diferentes identidades se abre la posibilidad la formar una nación mas justa, una sociedad equitativa, donde mas que victimas y culpables hay todo un potencial humano capaz de emprender verdaderos proceso de inclusión.
La sociología debe participar de este proceso porque en el está involucrada toda la sociedad, sin embargo su participación no se debe convertir en un discurso de moda como lo han hecho muchos políticos, su participación se debe traducir en un acompañamiento teórico y metodológico a la ves que se debe convertir en un proceso de aprendizaje para quienes estamos intentando participar en la búsqueda de un país mas equitativo.
IGUALDAD A PARTIR DE LA DIFERENCIA.
LA PERSPECTIVA DE GÉNERO COMO CONTRIBUCIÓN A LA CONSTRUCCIÓN DE NACIÓN.
Hace algunos años en las ciencias sociales los términos sexo y género se utilizaban de igual manera para hablar de hombres y mujeres o masculino y femenino, hoy en día parece ser que después de un largo camino se ha logrado clarificar la conceptualización de ambos para poderlos diferenciar.
En este orden de ideas la discusión de género y de la perspectiva de género debe partir de una clara diferenciación entre el concepto de sexo y el concepto de género.
El sexo hace referencia a las características biológicamente invariables desde el punto de vista anatómico y fisiológico, es decir, se nace hombre o se nace mujer; por su parte el género está construido a partir de la personalidad, las actitudes, los sentimientos, los valores, las conductas y las actividades que a través de un proceso social y cultural permite diferenciar a hombres y mujeres. La diferencia radica en que el sexo es básicamente el ser hombre y mujer desde la anatomía y el género se refiere a los roles que se establecen dentro de lo femenino y lo masculino.
Estos conceptos son la herramienta conceptual básica para comprender el desarrollo de esta ponencia, además hay que tener claridad que se está hablando del concepto de género que ya ha sido construido y la “perspectiva de género” que es el proceso mediante el cual este concepto se internaliza en las personas y en las diferentes instituciones de la vida social de los individuos.
Al hablar de género es importante tener en cuenta antecedentes históricos que han permitido elaborar una construcción teórica y cultural de lo que fue, lo que debería ser y lo que seguramente será este concepto en la vida de las personas, este conocimiento posibilita encontrar las diferencias entre hombres y mujeres, a la vez que permite intervenir de forma equitativa sobre las desventajas de cada uno. Uno de los contextos históricos que han determinado el comportamiento de las mujeres y los hombres en los diferentes ámbitos de su vida, es el sistema patriarcal, este ha sido el sistema que fortaleció al machismo como forma de dominación, en este contexto los hombres tomaron el poder en casi todas las instituciones de la vida, como son la familia, la iglesia, las escuelas y el mismo gobierno. La mujer por su lado fue asociada a las labores de la casa como la cocina, la crianza de hijas e hijos, y con ello todas las responsabilidades que esto implica.
Casi todos los seres humanos vivimos actualmente dentro de sistemas de poder patriarcal que privilegian a los hombres y oprimen a las mujeres, el termino patriarcalismo, describe ampliamente los sistemas sociales dominados por hombres, este sistema existe no solo como un sistema de poder de los hombres sobre las mujeres, si no además de jerarquías de poder entre distintos grupos de hombres y también entre diferentes masculinidades.
Dentro del sistema patriarcal la condición de la mujer estaba determinada desde el momento de su nacimiento, el ser mujer la ubicaba en una serie de oficios y actividades para las que estaba hecha y otras en las que nunca se le permitiría participar, todas estas condiciones enmarcadas en un contexto social y cultural determinado, es decir el sistema patriarcal que se ha reproducido en África tiene ciertas particularidades en comparación con el sistema que impera en países latinoamericanos, la constante de cualquier forma de sistema patriarcal es el hecho de ubicar al hombre en una posición privilegiada con respecto a la mujer.
La subordinación de las mujeres ha estado manifiesta en diferentes campos y de diferentes formas, históricamente tanto la mujer como los hombres se los ha asociado en una relación de sumisión y dependencia de la mujer hacia el hombre y hemos sido testigos de una serie de dicotomías simbólicas, algunas culturas Indígenas asociaban al hombre con el cielo, el sol o el fuego, mientras que a las mujeres se las asoció con la tierra, la luna y el agua, anatómicamente el hombre representa la fuerza mientras que la mujer representa la debilidad y desde la filosofía se ha asociado al hombre y a la mujer respectivamente con conceptos de inteligencia y emoción, activo y pasiva, razón e intuición, forma y materia, completo e incompleta, perfecto e imperfecta.
En la familia la función de la mujer se encuentra limitada por su condición de procreadora, lo que trae consigo la obligación de criar a sus hijos y cuidar a la familia en general. Solo hasta mediados del siglo XX la mujer ingresa a las universidades, antes, el matrimonio era para ellas su finalidad y reafirmaba su firme objetivo de construir su propio hogar, este paso representaba especial importancia pues era algo para lo que se venían preparando desde su misma infancia. El ingreso de la mujer a la universidad significa una igualdad legal que permitió posicionar a la mujer en el ámbito laboral.
Pese a estas nuevas condiciones en el campo laboral, la mujer ha sido excluida de trabajos y oficios que requieren cierto grado de formación académica y practica, de esta manera la mujer tuvo que asumir trabajos prácticamente iguales a los roles que desempeñaban en la casa como, servicio domestico, niñeras, enfermeras, modistas, lavanderas entre otros, trabajos que representan un desgaste físico muy alto en comparación con su remuneración. Prácticamente le fue negada la oportunidad de participar en otros campos como el político, el empresarial, el cultural, incluso las religiones han negado la participación de las mujeres en los más altos grados de su jerarquización. En Colombia solo hasta hace 50 años las mujeres lograron tener participación en las elecciones de los diferentes mandatarios como votantes activas y emancipadas del pensamiento de sus padres o esposos.
El ámbito sexual se caracterizó porque la mujer no podía expresar libremente su sexualidad, la mujer se convirtió en un objeto que proporcionaba placer a los hombres, situación que no era reciproca, pues la moral de la época les había hecho creer que el placer por el sexo era cosa de “inmorales”, en este sentido el sexo representaba para la gran mayoría de mujeres un sinónimo de procreación, las mujeres que tenían relaciones sexuales antes del matrimonio o con mas de un hombre era tratadas como inferiores al resto, eran juzgadas y subestimadas, todo esta situación ha sido patrocinada por instituciones como la iglesia, el Estado, los hombres y las mismas mujeres que han aceptado esta situación reproduciendo formas de discriminación en sus hogares con sus hijas a quienes les enseñan a ser “mujeres de bien” y a sus hijos a mantener el machismo.
Las anteriores formas de discriminación dieron paso a que sean las mujeres quienes replanteen su situación lo que dio como resultado la construcción de una nueva corriente de pensamiento, el feminismo, las primeras luchas feministas se restringieron a la problemática en la vida de las mujeres situación que en la actualidad se conserva producto de su origen, pero también ha creado una gran corriente en contra de cualquier forma de discriminación contra los seres humanos que desemboque en sesgos de género.
Parece ser que hoy en día la mujer se ha cansado de tener que aparentar debilidad, de tener que actuar como una tonta, de ser calificada como “hembra emocional”, de ser objeto sexual, de estar atada a sus hijos, y de no tener derecho a un salario justo, por eso está emprendiendo procesos personales, políticos y culturales que respondan a sus capacidades y a sus grandes potencialidades.
Por otro lado está el mundo de los hombres que también ha sido afectado por el sistema patriarcal y los dogmas culturales que están impuestos en la sociedad. El mundo de los hombres al contrario del de las mujeres es un mundo de poder que se expresa en todas las instituciones y en todas las dimensiones de la sociedad, este mundo ha generado en hombres y mujeres dolor, aislamiento y alienación, aunque no se da de la misma forma, el poder tienen un costo para los hombres porque dentro de ese poder se expresan una serie de contradicciones, entender este tipo de contradicciones ayuda a comprender el carácter complejo de las formas dominantes de la masculinidad y nos hace analizar el proceso de adquision del género para los hombres, así como también el trabajo genérico de una sociedad.
Las características ideales dominantes son diferentes y al igual que en las mujeres varían de una sociedad a otra, y de una época a otra. Cada grupo con base en la raza, la clase, la orientación sexual, etc. Define el ser hombre de acuerdo a las disposiciones sociales y económicas del grupo, cada imagen dominante tiene una relación directa con las herramientas que tienen a su disposición los hombres.
Dentro de este sistema donde no se comprende el concepto de género se ignora que hay expresiones de distintas masculinidades como las hegemónicas y las subordinadas que se basan en el papel social del hombre, situación que desemboca en conflictos porque para la mayoría de los hombres es difícil cumplir con los requisitos de la masculinidad ya que mantienen una inconciente pero poderosa presencia en sus vidas, describiendo y generando verdaderas relaciones de poder entre hombres y mujeres y de hombres entre si.
Las experiencias contradictorias de poder entre los hombres son parte del análisis que debemos hacer dentro de lo que es la problemática de género. Según Michael Kaufman “la adquisición de la masculinidad hegemónica es un proceso a través del cual los hombres llegan a suprimir toda una gama de emociones, necesidades y posibilidades, tales como el placer de cuidar de otros, la receptividad, la empatía y la comprensión, experimentadas como inconcientes con el poder masculino”[1]
Tales emociones y necesidades se pueden ocultar pero no pueden desaparecer, las expresiones de estos sentimientos se frenan o no se desarrollan plenamente en la vida de los hombres lo cual seria saludable tanto para ellos como para quienes los rodean. Al eliminar estas emociones se reafirma la capacidad y el deseo de autocontrol o de dominio sobre los seres humanos que los rodean y de quienes dependen para el amor. Estas emociones se suprimen porque llegan a estar asociadas con la feminidad que los hombres han rechazado en la búsqueda de su masculinidad.
Esta masculinidad dominante niega necesidades y sentimientos porque no concuerda con el concepto de masculinidad, generando contradicciones y expresiones como la homofóbia, esta situación produce en el hombre dolor y temor, porque significa no ser hombre, lo cual quiere decir, en una sociedad que confunde el sexo con el género, no ser macho. Como se afirmó anteriormente estas emociones y necesidades no confrontadas, no conocidas y no esperadas no desaparecen sino que se manifiestan en la vida de los hombres, en el trabajo, en la carretera, en un bar o en el hogar. Los mismos sentimientos y emociones que han tratado de suprimir ganan un extraño poder y no importa cuan serenos y controlados parezcan, estos sentimientos los dominan.
“Pienso en el hombre que sufre la sensación de carencia de poder y golpea a su mujer en un ataque de rabia incontrolable. Entro a un bar y veo a dos hombres abrazándose en una borrachera incapaces de expresar su mutuo afecto excepto cuando están ebrios. Leo acerca de adolescentes que salen a golpear a los homosexuales y de hombres que convierten su sentido de impotencia en una furia contra los negros, los judíos o cualquier otro grupo que le sirva de cómodo chivo expiatorio.”[2]
Vemos entonces como el sistema patriarcal también afecta a los hombres aunque no de manera tan visible como en las mujeres, a los hombres les ha sido negada la oportunidad de expresar una sensibilidad propia de los seres humanos, la posibilidad de llorar, de expresar sus sentimientos de una manera libre sin temor a ser tildados de poco hombres, les ha sido negada la oportunidad de disfrutar de la paternidad y de colaborarle a sus esposas en los quehaceres domésticos cuando ella así lo requiera o si es el caso ocuparse de estas mientras su esposa trabaja.
La constante actitud de los hombres por reprimir y rechazar sentimientos que pueden llegarlos a distinguir con la feminidad les enseña a los hombres a opacar el dolor y a llevar puesta una armadura que representa una barrera emocional que los protege a la ves que los mantiene presos de lo que la sociedad les ha enseñado frente a ser hombres.
Al entender estas experiencias contradictorias entre los hombres comprendemos la forma de llegar a la mayoría de ellos con un mensaje de cambio en donde se sientan como parte importante del proceso de transformación cultural y ya no como los verdugos de esta historia. Se debe reconocer que tanto el hombre como la mujer han sido afectados por el sistema patriarcal, pero que son los dos quienes deben transformar la sociedad, desde donde han sido afectados ya que las actitudes del hombre y su forma de asumir el género se complementa con el cambio que está surgiendo y por el cual está luchando la mujer.
Lo “personal es político” tal es sin duda uno de los credos mas significativos que proclama el feminismo de la segunda mitad del siglo XX. Durante los años sesenta surge una nueva problemática que ya no contempla la sexualidad como el recinto cerrado de una propiedad privada, sino como una relación de poder entre los géneros, un dispositivo de esencia política constitutivo del orden patriarcal, así como también se hacen reflexiones acerca de la posición del hombre y los derechos que le son negados.
“Al luchar por el reconocimiento de nuevos derechos en relación con el cuerpo, al denunciar la naturaleza patriarcal de las leyes penales, al romper el muro de silencio que rodeaba el aborto, la violación o las violencias conyugales las mujeres han politizado los problemas del sexo y otorgado visibilidad pública a los dramas íntimos. Publicitacion de lo privado, privatización de lo político: el feminismo ha introducido la guerra política en lo privado y la guerra sexual en el espacio publico.”[3]
Esta situación obliga a plantear la perspectiva de género como la oportunidad de fortalecer y ampliar el género como una propuesta participativa, de la cual diferentes administraciones han tratado de apropiarse como una opción para promulgar igualdad e inclusión para todas y todos. Basándose en esta idea las administraciones, programas y proyectos que buscan el desarrollo de la sociedad, han optado por trabajar bajo este novedoso concepto, pero estos objetivos han sido ensombrecidos por el eterno juego de intereses que se dan dentro del sistema político, convirtiéndose entonces en una herramienta más del discurso politiquero de moda, evidenciando que la inclusión de la perspectiva de género en las instituciones no responde a un cambio y renovación necesaria de los viejos esquemas políticos sino a un interés coyuntural y mediático.
Creemos que la perspectiva de género no puede limitarse a ser una herramienta innovadora que sustenta proyectos pero que en la practica se encaminan a solucionar problemas de mujeres victimas que se consideran incapaces y que buscan protección, la internalización de la perspectiva de género debe responder a la formación de seres humanos consientes de sus potencialidades no en un ámbito de competencia sino en la propuesta de un mundo de igualdades a partir de las diferencias.
La búsqueda de la transformación de las actuales relaciones de género, exigen la reconstrucción del ordenamiento simbólico de lo femenino y de lo masculino. Así, que limitarse a una transformación de los niveles de acceso y de control en el ámbito de lo material, empleo, cargos, servicios solo solucionaría parcialmente el problema porque también se debe generar una transformación cultural contundente que responda a las nuevas formas de opresión que han surgido contra la mujer como el sexismo. Se debe cambiar no solo la condición de la mujer sino su posición en la sociedad.
El feminismo se encargo de poner sobre la mesa la inclusión de lo personal en la política evidenciando así los problemas de la mujer, pero algunas corrientes mas radicales tendían a victimizarla, lo cual hizo que se buscaran culpables y la lucha era directa contra sus agresores inmediatos, los hombres, bajo esta condición los hombres han quedado por fuera de una propuesta de solución a la inequidad porque al ser satanizados no se sienten como parte de la solución sino como parte del problema.
La comprensión de la perspectiva de género es superar estos malentendidos y las atenciones particulares a hombres y mujeres por separado, esta perspectiva permite orientar una transformación estructural del sistema de relaciones masculino – femenino incluyendo como vertebra básica el respeto a la diferencia.
El género al ser una construcción social implica que es creado y por lo tanto cambiante y sobretodo que se genera, se mantiene y se reproduce fundamentalmente en los ámbitos simbólicos del lenguaje y de la cultura. Por eso creemos que es fundamental en primer lugar entender a la mujer como un factor potencial para el cambio de actitudes y pensamientos dentro de la sociedad y al hombre como un ser que también ha estado afectado por el manejo de poderes dentro de una sociedad patriarcal, machista y tradicional, por lo tanto también es importante que ellos se integren a este tipo de procesos.
No podemos abrir aun mas la brecha entre hombres y mujeres y aunque a veces parezca que la humanidad está condenada a una guerra incesante entre ellas y ellos, es la asimilación y aplicación de la equidad de género la posibilidad de encontrar una sociedad que ofrezca oportunidades en todos los sentidos y para todas las personas; hombres y mujeres, niños y niñas, jóvenes, personas con opción sexual diferente, lgbts, trabajadoras y trabajadores sexuales, comunidades indígenas y afrodescendientes. El concepto de género es tenido en cuenta en diversos lugares, como colegios, universidades, organizaciones de mujeres, alcaldías, grupos políticos, entre otros y por supuesto cada candidato procura por lo menos nombrarlo en sus propuestas, surge entonces la pregunta de qué tan claro tenemos el concepto de Género o si por lo menos estamos hablando de un mismo concepto.
Creemos que debemos construir nación desde un enfoque valore y tenga en cuenta las diferencias, esta es la planeación con perspectiva de género, y precisamente hay que partir del hecho que esta perspectiva no ha sido trabajada en este país, hasta hace aproximadamente un año solo tres ciudades contaban con una dependencia que trabaja la perspectiva de género como parte de sus administraciones, Bogotá, Medellín y Pasto, por lo tanto esto nos muestra que seria apresurado hablar de una reconstrucción de algo que nunca fue construido, pero si es posible pensar en opciones como la perspectiva de género que aporta a la construcción de una nación propia, una nación colombiana donde partiendo del reconocimiento de las identidades de sus ciudadanas y ciudadanos avanzamos en la apropiación de una democracia y sus dos grandes principios que son la libertad y la igualdad. Hablamos de una sociedad libre de prejuicios y condiciones que ponen limites al desarrollo de la personalidad, hablamos de una sociedad donde no se discrimina a la mujer, al hombre, al homosexual, la trabajadora sexual, entre otros. Hablamos de un país donde las oportunidades estén al alcance de todas y todos.
Creemos en la posibilidad de construir una sociedad verdaderamente libre e igualitaria no solo en lo formal sino también en lo personal, donde las personas no tengan que ocultarse por los prejuicios de las demás personas, un país donde el gobierno y la sociedad en general asimile y promulgue el ideal de ser iguales a partir de la diferencia.
La participación de la sociología en este proceso es muy importante y puede ser de gran utilidad siempre y cuando se lo asuma teniendo de claridad de los temas anteriormente expuestos. La sociología debe generar verdaderos debates, cuestionar e inquietarse frente a este tipo de temas que seguramente para la gran mayoría no tienen relevancia.
Considero que pensar en un panorama actual donde el individuo esta en un continuo interactuar, requiere el pensar en una sociología que se salga de los parámetros de la sociología urbana, política o rural y se replantee desde la diversidad que han ido adquiriendo los fenómenos sociales, surge aquí la necesidad de formarnos desde una sociología de género en la que se cuestione la critica que las sociólogas y sociólogos hacemos de Colombia por ser una sociedad tradicional, pero muchas veces creyendo estar por fuera del mismo. No pretendemos invalidar la importancia de la sociología hasta nuestros días, nuestro aporte gira en torno a cómo la socióloga y el sociólogo deben analizar el interactuar desde los diferentes comportamientos del individuo en diferentes espacios y con unas particularidades propias de una sociedad en la que temas como la discriminación de la mujer, las diversidades sexuales, las nuevas expresiones culturales, entre otros no deben ser temas exclusivos de la psicología o explicados partiendo del hecho que estamos en una sociedad mundializada donde cualquier cosa puede pasar.
Hablar de una sociología que saque a la luz pública temas que muchas veces se prefiere no tocarlos, es hablar de una sociología que amplía las fronteras en las que tradicionalmente nos hemos encerrado, y nos permite plantearnos un debate interesante, este es el debate que se debe dar en los programas de sociología y no seremos nosotros quienes lo concluiremos serán los muchos o pocos estudios que se están haciendo bajo estas "nuevas" para nosotros especialidades de la sociología, estudios que fortalecen y justifican el por qué se necesita de una sociología pensada para la dinámica que la sociedad tiene en la actualidad.
Ya es hora que pensemos en una sociología para una generación de sociólogas y sociólogos que nos toco vivir en una sociedad diferente a la de hace 50 años, una generación que partiendo del contexto en el que vive busca plantear nuevas formas de entender su propia realidad.
[1] KAUFMAN, Michael. “Los hombres, el feminismo y las experiencias contradictorias del poder entre los hombres” En. ARANGO, Luz Gabriela, LEÓN, Magdalena y VIVEROS Mara. Género e Identidad. Ensayos sobre lo femenino y lo masculino. Coed. Tercer Mundo Edit., Uniandes y Universidad Nacional. Facultad de Ciencias Humanas. Santafé de Bogotá, 1995.p131.
[2] KAUFMAN, Michael. Op Cit. p132.
[3] LIPOVETSKY, Gilles. “La tercera mujer, permanencia y revolución de lo femenino” Editorial Anagrama. Barcelona 1999. p62.
LA PERSPECTIVA DE GÉNERO COMO CONTRIBUCIÓN A LA CONSTRUCCIÓN DE NACIÓN.
POR: PAULA ROCÍO BASTIDAS GRANJA
YAMID JONNATHAN JÁCOME MORA
RESUMEN.
Abordar la problemática de género implica tener claridad frente su concepto, este concepto se ha construido a partir de todo un proceso social y cultural en el que las personas han creado una identidad frente a lo femenino y lo masculino, dentro de ese proceso las mujeres y los hombres se han visto afectados no de igual manera, pero si ha provocado su distanciamiento entre ellas y ellos, algunas corrientes de feminismo extremo han tendido a considerar a los hombres como los directos culpables de la situación de la mujer. Solo en el momento en que se reconoce la importancia de la participación de los hombres y la existencia de diferentes identidades se abre la posibilidad la formar una nación mas justa, una sociedad equitativa, donde mas que victimas y culpables hay todo un potencial humano capaz de emprender verdaderos proceso de inclusión.
La sociología debe participar de este proceso porque en el está involucrada toda la sociedad, sin embargo su participación no se debe convertir en un discurso de moda como lo han hecho muchos políticos, su participación se debe traducir en un acompañamiento teórico y metodológico a la ves que se debe convertir en un proceso de aprendizaje para quienes estamos intentando participar en la búsqueda de un país mas equitativo.
IGUALDAD A PARTIR DE LA DIFERENCIA.
LA PERSPECTIVA DE GÉNERO COMO CONTRIBUCIÓN A LA CONSTRUCCIÓN DE NACIÓN.
Hace algunos años en las ciencias sociales los términos sexo y género se utilizaban de igual manera para hablar de hombres y mujeres o masculino y femenino, hoy en día parece ser que después de un largo camino se ha logrado clarificar la conceptualización de ambos para poderlos diferenciar.
En este orden de ideas la discusión de género y de la perspectiva de género debe partir de una clara diferenciación entre el concepto de sexo y el concepto de género.
El sexo hace referencia a las características biológicamente invariables desde el punto de vista anatómico y fisiológico, es decir, se nace hombre o se nace mujer; por su parte el género está construido a partir de la personalidad, las actitudes, los sentimientos, los valores, las conductas y las actividades que a través de un proceso social y cultural permite diferenciar a hombres y mujeres. La diferencia radica en que el sexo es básicamente el ser hombre y mujer desde la anatomía y el género se refiere a los roles que se establecen dentro de lo femenino y lo masculino.
Estos conceptos son la herramienta conceptual básica para comprender el desarrollo de esta ponencia, además hay que tener claridad que se está hablando del concepto de género que ya ha sido construido y la “perspectiva de género” que es el proceso mediante el cual este concepto se internaliza en las personas y en las diferentes instituciones de la vida social de los individuos.
Al hablar de género es importante tener en cuenta antecedentes históricos que han permitido elaborar una construcción teórica y cultural de lo que fue, lo que debería ser y lo que seguramente será este concepto en la vida de las personas, este conocimiento posibilita encontrar las diferencias entre hombres y mujeres, a la vez que permite intervenir de forma equitativa sobre las desventajas de cada uno. Uno de los contextos históricos que han determinado el comportamiento de las mujeres y los hombres en los diferentes ámbitos de su vida, es el sistema patriarcal, este ha sido el sistema que fortaleció al machismo como forma de dominación, en este contexto los hombres tomaron el poder en casi todas las instituciones de la vida, como son la familia, la iglesia, las escuelas y el mismo gobierno. La mujer por su lado fue asociada a las labores de la casa como la cocina, la crianza de hijas e hijos, y con ello todas las responsabilidades que esto implica.
Casi todos los seres humanos vivimos actualmente dentro de sistemas de poder patriarcal que privilegian a los hombres y oprimen a las mujeres, el termino patriarcalismo, describe ampliamente los sistemas sociales dominados por hombres, este sistema existe no solo como un sistema de poder de los hombres sobre las mujeres, si no además de jerarquías de poder entre distintos grupos de hombres y también entre diferentes masculinidades.
Dentro del sistema patriarcal la condición de la mujer estaba determinada desde el momento de su nacimiento, el ser mujer la ubicaba en una serie de oficios y actividades para las que estaba hecha y otras en las que nunca se le permitiría participar, todas estas condiciones enmarcadas en un contexto social y cultural determinado, es decir el sistema patriarcal que se ha reproducido en África tiene ciertas particularidades en comparación con el sistema que impera en países latinoamericanos, la constante de cualquier forma de sistema patriarcal es el hecho de ubicar al hombre en una posición privilegiada con respecto a la mujer.
La subordinación de las mujeres ha estado manifiesta en diferentes campos y de diferentes formas, históricamente tanto la mujer como los hombres se los ha asociado en una relación de sumisión y dependencia de la mujer hacia el hombre y hemos sido testigos de una serie de dicotomías simbólicas, algunas culturas Indígenas asociaban al hombre con el cielo, el sol o el fuego, mientras que a las mujeres se las asoció con la tierra, la luna y el agua, anatómicamente el hombre representa la fuerza mientras que la mujer representa la debilidad y desde la filosofía se ha asociado al hombre y a la mujer respectivamente con conceptos de inteligencia y emoción, activo y pasiva, razón e intuición, forma y materia, completo e incompleta, perfecto e imperfecta.
En la familia la función de la mujer se encuentra limitada por su condición de procreadora, lo que trae consigo la obligación de criar a sus hijos y cuidar a la familia en general. Solo hasta mediados del siglo XX la mujer ingresa a las universidades, antes, el matrimonio era para ellas su finalidad y reafirmaba su firme objetivo de construir su propio hogar, este paso representaba especial importancia pues era algo para lo que se venían preparando desde su misma infancia. El ingreso de la mujer a la universidad significa una igualdad legal que permitió posicionar a la mujer en el ámbito laboral.
Pese a estas nuevas condiciones en el campo laboral, la mujer ha sido excluida de trabajos y oficios que requieren cierto grado de formación académica y practica, de esta manera la mujer tuvo que asumir trabajos prácticamente iguales a los roles que desempeñaban en la casa como, servicio domestico, niñeras, enfermeras, modistas, lavanderas entre otros, trabajos que representan un desgaste físico muy alto en comparación con su remuneración. Prácticamente le fue negada la oportunidad de participar en otros campos como el político, el empresarial, el cultural, incluso las religiones han negado la participación de las mujeres en los más altos grados de su jerarquización. En Colombia solo hasta hace 50 años las mujeres lograron tener participación en las elecciones de los diferentes mandatarios como votantes activas y emancipadas del pensamiento de sus padres o esposos.
El ámbito sexual se caracterizó porque la mujer no podía expresar libremente su sexualidad, la mujer se convirtió en un objeto que proporcionaba placer a los hombres, situación que no era reciproca, pues la moral de la época les había hecho creer que el placer por el sexo era cosa de “inmorales”, en este sentido el sexo representaba para la gran mayoría de mujeres un sinónimo de procreación, las mujeres que tenían relaciones sexuales antes del matrimonio o con mas de un hombre era tratadas como inferiores al resto, eran juzgadas y subestimadas, todo esta situación ha sido patrocinada por instituciones como la iglesia, el Estado, los hombres y las mismas mujeres que han aceptado esta situación reproduciendo formas de discriminación en sus hogares con sus hijas a quienes les enseñan a ser “mujeres de bien” y a sus hijos a mantener el machismo.
Las anteriores formas de discriminación dieron paso a que sean las mujeres quienes replanteen su situación lo que dio como resultado la construcción de una nueva corriente de pensamiento, el feminismo, las primeras luchas feministas se restringieron a la problemática en la vida de las mujeres situación que en la actualidad se conserva producto de su origen, pero también ha creado una gran corriente en contra de cualquier forma de discriminación contra los seres humanos que desemboque en sesgos de género.
Parece ser que hoy en día la mujer se ha cansado de tener que aparentar debilidad, de tener que actuar como una tonta, de ser calificada como “hembra emocional”, de ser objeto sexual, de estar atada a sus hijos, y de no tener derecho a un salario justo, por eso está emprendiendo procesos personales, políticos y culturales que respondan a sus capacidades y a sus grandes potencialidades.
Por otro lado está el mundo de los hombres que también ha sido afectado por el sistema patriarcal y los dogmas culturales que están impuestos en la sociedad. El mundo de los hombres al contrario del de las mujeres es un mundo de poder que se expresa en todas las instituciones y en todas las dimensiones de la sociedad, este mundo ha generado en hombres y mujeres dolor, aislamiento y alienación, aunque no se da de la misma forma, el poder tienen un costo para los hombres porque dentro de ese poder se expresan una serie de contradicciones, entender este tipo de contradicciones ayuda a comprender el carácter complejo de las formas dominantes de la masculinidad y nos hace analizar el proceso de adquision del género para los hombres, así como también el trabajo genérico de una sociedad.
Las características ideales dominantes son diferentes y al igual que en las mujeres varían de una sociedad a otra, y de una época a otra. Cada grupo con base en la raza, la clase, la orientación sexual, etc. Define el ser hombre de acuerdo a las disposiciones sociales y económicas del grupo, cada imagen dominante tiene una relación directa con las herramientas que tienen a su disposición los hombres.
Dentro de este sistema donde no se comprende el concepto de género se ignora que hay expresiones de distintas masculinidades como las hegemónicas y las subordinadas que se basan en el papel social del hombre, situación que desemboca en conflictos porque para la mayoría de los hombres es difícil cumplir con los requisitos de la masculinidad ya que mantienen una inconciente pero poderosa presencia en sus vidas, describiendo y generando verdaderas relaciones de poder entre hombres y mujeres y de hombres entre si.
Las experiencias contradictorias de poder entre los hombres son parte del análisis que debemos hacer dentro de lo que es la problemática de género. Según Michael Kaufman “la adquisición de la masculinidad hegemónica es un proceso a través del cual los hombres llegan a suprimir toda una gama de emociones, necesidades y posibilidades, tales como el placer de cuidar de otros, la receptividad, la empatía y la comprensión, experimentadas como inconcientes con el poder masculino”[1]
Tales emociones y necesidades se pueden ocultar pero no pueden desaparecer, las expresiones de estos sentimientos se frenan o no se desarrollan plenamente en la vida de los hombres lo cual seria saludable tanto para ellos como para quienes los rodean. Al eliminar estas emociones se reafirma la capacidad y el deseo de autocontrol o de dominio sobre los seres humanos que los rodean y de quienes dependen para el amor. Estas emociones se suprimen porque llegan a estar asociadas con la feminidad que los hombres han rechazado en la búsqueda de su masculinidad.
Esta masculinidad dominante niega necesidades y sentimientos porque no concuerda con el concepto de masculinidad, generando contradicciones y expresiones como la homofóbia, esta situación produce en el hombre dolor y temor, porque significa no ser hombre, lo cual quiere decir, en una sociedad que confunde el sexo con el género, no ser macho. Como se afirmó anteriormente estas emociones y necesidades no confrontadas, no conocidas y no esperadas no desaparecen sino que se manifiestan en la vida de los hombres, en el trabajo, en la carretera, en un bar o en el hogar. Los mismos sentimientos y emociones que han tratado de suprimir ganan un extraño poder y no importa cuan serenos y controlados parezcan, estos sentimientos los dominan.
“Pienso en el hombre que sufre la sensación de carencia de poder y golpea a su mujer en un ataque de rabia incontrolable. Entro a un bar y veo a dos hombres abrazándose en una borrachera incapaces de expresar su mutuo afecto excepto cuando están ebrios. Leo acerca de adolescentes que salen a golpear a los homosexuales y de hombres que convierten su sentido de impotencia en una furia contra los negros, los judíos o cualquier otro grupo que le sirva de cómodo chivo expiatorio.”[2]
Vemos entonces como el sistema patriarcal también afecta a los hombres aunque no de manera tan visible como en las mujeres, a los hombres les ha sido negada la oportunidad de expresar una sensibilidad propia de los seres humanos, la posibilidad de llorar, de expresar sus sentimientos de una manera libre sin temor a ser tildados de poco hombres, les ha sido negada la oportunidad de disfrutar de la paternidad y de colaborarle a sus esposas en los quehaceres domésticos cuando ella así lo requiera o si es el caso ocuparse de estas mientras su esposa trabaja.
La constante actitud de los hombres por reprimir y rechazar sentimientos que pueden llegarlos a distinguir con la feminidad les enseña a los hombres a opacar el dolor y a llevar puesta una armadura que representa una barrera emocional que los protege a la ves que los mantiene presos de lo que la sociedad les ha enseñado frente a ser hombres.
Al entender estas experiencias contradictorias entre los hombres comprendemos la forma de llegar a la mayoría de ellos con un mensaje de cambio en donde se sientan como parte importante del proceso de transformación cultural y ya no como los verdugos de esta historia. Se debe reconocer que tanto el hombre como la mujer han sido afectados por el sistema patriarcal, pero que son los dos quienes deben transformar la sociedad, desde donde han sido afectados ya que las actitudes del hombre y su forma de asumir el género se complementa con el cambio que está surgiendo y por el cual está luchando la mujer.
Lo “personal es político” tal es sin duda uno de los credos mas significativos que proclama el feminismo de la segunda mitad del siglo XX. Durante los años sesenta surge una nueva problemática que ya no contempla la sexualidad como el recinto cerrado de una propiedad privada, sino como una relación de poder entre los géneros, un dispositivo de esencia política constitutivo del orden patriarcal, así como también se hacen reflexiones acerca de la posición del hombre y los derechos que le son negados.
“Al luchar por el reconocimiento de nuevos derechos en relación con el cuerpo, al denunciar la naturaleza patriarcal de las leyes penales, al romper el muro de silencio que rodeaba el aborto, la violación o las violencias conyugales las mujeres han politizado los problemas del sexo y otorgado visibilidad pública a los dramas íntimos. Publicitacion de lo privado, privatización de lo político: el feminismo ha introducido la guerra política en lo privado y la guerra sexual en el espacio publico.”[3]
Esta situación obliga a plantear la perspectiva de género como la oportunidad de fortalecer y ampliar el género como una propuesta participativa, de la cual diferentes administraciones han tratado de apropiarse como una opción para promulgar igualdad e inclusión para todas y todos. Basándose en esta idea las administraciones, programas y proyectos que buscan el desarrollo de la sociedad, han optado por trabajar bajo este novedoso concepto, pero estos objetivos han sido ensombrecidos por el eterno juego de intereses que se dan dentro del sistema político, convirtiéndose entonces en una herramienta más del discurso politiquero de moda, evidenciando que la inclusión de la perspectiva de género en las instituciones no responde a un cambio y renovación necesaria de los viejos esquemas políticos sino a un interés coyuntural y mediático.
Creemos que la perspectiva de género no puede limitarse a ser una herramienta innovadora que sustenta proyectos pero que en la practica se encaminan a solucionar problemas de mujeres victimas que se consideran incapaces y que buscan protección, la internalización de la perspectiva de género debe responder a la formación de seres humanos consientes de sus potencialidades no en un ámbito de competencia sino en la propuesta de un mundo de igualdades a partir de las diferencias.
La búsqueda de la transformación de las actuales relaciones de género, exigen la reconstrucción del ordenamiento simbólico de lo femenino y de lo masculino. Así, que limitarse a una transformación de los niveles de acceso y de control en el ámbito de lo material, empleo, cargos, servicios solo solucionaría parcialmente el problema porque también se debe generar una transformación cultural contundente que responda a las nuevas formas de opresión que han surgido contra la mujer como el sexismo. Se debe cambiar no solo la condición de la mujer sino su posición en la sociedad.
El feminismo se encargo de poner sobre la mesa la inclusión de lo personal en la política evidenciando así los problemas de la mujer, pero algunas corrientes mas radicales tendían a victimizarla, lo cual hizo que se buscaran culpables y la lucha era directa contra sus agresores inmediatos, los hombres, bajo esta condición los hombres han quedado por fuera de una propuesta de solución a la inequidad porque al ser satanizados no se sienten como parte de la solución sino como parte del problema.
La comprensión de la perspectiva de género es superar estos malentendidos y las atenciones particulares a hombres y mujeres por separado, esta perspectiva permite orientar una transformación estructural del sistema de relaciones masculino – femenino incluyendo como vertebra básica el respeto a la diferencia.
El género al ser una construcción social implica que es creado y por lo tanto cambiante y sobretodo que se genera, se mantiene y se reproduce fundamentalmente en los ámbitos simbólicos del lenguaje y de la cultura. Por eso creemos que es fundamental en primer lugar entender a la mujer como un factor potencial para el cambio de actitudes y pensamientos dentro de la sociedad y al hombre como un ser que también ha estado afectado por el manejo de poderes dentro de una sociedad patriarcal, machista y tradicional, por lo tanto también es importante que ellos se integren a este tipo de procesos.
No podemos abrir aun mas la brecha entre hombres y mujeres y aunque a veces parezca que la humanidad está condenada a una guerra incesante entre ellas y ellos, es la asimilación y aplicación de la equidad de género la posibilidad de encontrar una sociedad que ofrezca oportunidades en todos los sentidos y para todas las personas; hombres y mujeres, niños y niñas, jóvenes, personas con opción sexual diferente, lgbts, trabajadoras y trabajadores sexuales, comunidades indígenas y afrodescendientes. El concepto de género es tenido en cuenta en diversos lugares, como colegios, universidades, organizaciones de mujeres, alcaldías, grupos políticos, entre otros y por supuesto cada candidato procura por lo menos nombrarlo en sus propuestas, surge entonces la pregunta de qué tan claro tenemos el concepto de Género o si por lo menos estamos hablando de un mismo concepto.
Creemos que debemos construir nación desde un enfoque valore y tenga en cuenta las diferencias, esta es la planeación con perspectiva de género, y precisamente hay que partir del hecho que esta perspectiva no ha sido trabajada en este país, hasta hace aproximadamente un año solo tres ciudades contaban con una dependencia que trabaja la perspectiva de género como parte de sus administraciones, Bogotá, Medellín y Pasto, por lo tanto esto nos muestra que seria apresurado hablar de una reconstrucción de algo que nunca fue construido, pero si es posible pensar en opciones como la perspectiva de género que aporta a la construcción de una nación propia, una nación colombiana donde partiendo del reconocimiento de las identidades de sus ciudadanas y ciudadanos avanzamos en la apropiación de una democracia y sus dos grandes principios que son la libertad y la igualdad. Hablamos de una sociedad libre de prejuicios y condiciones que ponen limites al desarrollo de la personalidad, hablamos de una sociedad donde no se discrimina a la mujer, al hombre, al homosexual, la trabajadora sexual, entre otros. Hablamos de un país donde las oportunidades estén al alcance de todas y todos.
Creemos en la posibilidad de construir una sociedad verdaderamente libre e igualitaria no solo en lo formal sino también en lo personal, donde las personas no tengan que ocultarse por los prejuicios de las demás personas, un país donde el gobierno y la sociedad en general asimile y promulgue el ideal de ser iguales a partir de la diferencia.
La participación de la sociología en este proceso es muy importante y puede ser de gran utilidad siempre y cuando se lo asuma teniendo de claridad de los temas anteriormente expuestos. La sociología debe generar verdaderos debates, cuestionar e inquietarse frente a este tipo de temas que seguramente para la gran mayoría no tienen relevancia.
Considero que pensar en un panorama actual donde el individuo esta en un continuo interactuar, requiere el pensar en una sociología que se salga de los parámetros de la sociología urbana, política o rural y se replantee desde la diversidad que han ido adquiriendo los fenómenos sociales, surge aquí la necesidad de formarnos desde una sociología de género en la que se cuestione la critica que las sociólogas y sociólogos hacemos de Colombia por ser una sociedad tradicional, pero muchas veces creyendo estar por fuera del mismo. No pretendemos invalidar la importancia de la sociología hasta nuestros días, nuestro aporte gira en torno a cómo la socióloga y el sociólogo deben analizar el interactuar desde los diferentes comportamientos del individuo en diferentes espacios y con unas particularidades propias de una sociedad en la que temas como la discriminación de la mujer, las diversidades sexuales, las nuevas expresiones culturales, entre otros no deben ser temas exclusivos de la psicología o explicados partiendo del hecho que estamos en una sociedad mundializada donde cualquier cosa puede pasar.
Hablar de una sociología que saque a la luz pública temas que muchas veces se prefiere no tocarlos, es hablar de una sociología que amplía las fronteras en las que tradicionalmente nos hemos encerrado, y nos permite plantearnos un debate interesante, este es el debate que se debe dar en los programas de sociología y no seremos nosotros quienes lo concluiremos serán los muchos o pocos estudios que se están haciendo bajo estas "nuevas" para nosotros especialidades de la sociología, estudios que fortalecen y justifican el por qué se necesita de una sociología pensada para la dinámica que la sociedad tiene en la actualidad.
Ya es hora que pensemos en una sociología para una generación de sociólogas y sociólogos que nos toco vivir en una sociedad diferente a la de hace 50 años, una generación que partiendo del contexto en el que vive busca plantear nuevas formas de entender su propia realidad.
[1] KAUFMAN, Michael. “Los hombres, el feminismo y las experiencias contradictorias del poder entre los hombres” En. ARANGO, Luz Gabriela, LEÓN, Magdalena y VIVEROS Mara. Género e Identidad. Ensayos sobre lo femenino y lo masculino. Coed. Tercer Mundo Edit., Uniandes y Universidad Nacional. Facultad de Ciencias Humanas. Santafé de Bogotá, 1995.p131.
[2] KAUFMAN, Michael. Op Cit. p132.
[3] LIPOVETSKY, Gilles. “La tercera mujer, permanencia y revolución de lo femenino” Editorial Anagrama. Barcelona 1999. p62.
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