Asociación centro de estudios de sociologia.

martes, octubre 10, 2006

PONENCIAS EL QUE HACER DEL SOCIOLOGO

MUY PRONTO TODAS LAS PONENCIAS...


SOCIOLOGOS DE TODOS LOS PAISES UNIOS ULTIMO LLAMADO!
¿LA SOCIOLOGIA COMO CIENCIA PODRA PROPONER UNA TRANSFORMACION DESDE LA COSNTRUCCION EPISTEMOLOGICA Y METODOLOGICA CON LA REFORMA ACADEMICA QUE LE ESTAN IMPLEMENTANDO?, ¿CÓMO APORTARA A LA COSNTRUCCION DE NACION?

POR: Francisco Rivadeneira
Estudiante de sociología
RESUMEN

Un fuerte compromiso histórico con la sociedad ha estado en la base del desarrollo de la sociología, este compromiso debe ser ahora mucho mas fuerte para la reconstrucción de nación aportándole desde esta área del conocimiento, mas cuando las políticas internacionales estipuladas para la educación superior son mas directas, uniéndose con las clases dominantes de nuestro país para oprimir al pueblo, en este sentido nos ponemos de lado de aquellos que piensan que los sociólogos deben tomar como eje de sus investigaciones y construcción de conceptos aquellos problemas que se relacionan mas de cerca con la liberación de de sus propios paises y a la transformación integral de los mismos para lo cual es necesario, que se tome en cuenta las peculiaridades históricas y sociales de América Latina, pues ninguna persona nace para hacer nada, así como ninguna disciplina puede ser neutral ante la sociedad en que se desarrolla.

Es por esto compañeros que debemos proponernos nuevos elementos teóricos y prácticos y gestar procesos de cambio como los que influyeron y fundamentaron desde su origen a las ciencias sociales y humanas cono la revolución Cubana, el Mayo de 1968 Francés, el movimiento de Europa y México, que lucho contra las Formulas educativas dirigidas al campo de la especialización en tecnología armamentista y otras mas.

Como seres críticos y proposititos los unive4rsitarios, especialmente los sociólogos no podemos plegarnos sumisamente al modelo neoliberal y globalizante, mas cuando se lanzan vorazmente contra la Universidad publica, pues busca instalar en ella una enseñanza superior con u8na lógica empresarial que responda a las cambiantes y egoístas ideas de mercado, tendiente a limitar el nivel científico, la autonomía, las conquistas democráticas de profesores y estudiantes obstruyendo la propuesta de avanzar en la reconstrucción de nación desde nuestra disciplina.

¡SOCIOLOGOS DE TODOS LOS PAISES UNIOS ULTIMO LLAMADO!
¿LA SOCIOLOGIA COMO CIENCIA PODRA PROPONER UNA TRANSFORMACION DESDE LA COSNTRUCCION EPISTEMOLOGICA Y METODOLOGICA CON LA REFORMA ACADEMICA QUE LE ESTAN IMPLEMENTANDO?, ¿CÓMO APORTARA A LA COSNTRUCCION DE NACION?
Si nos portamos bien, todo esta prometido, todos seremos iguales, sin distinción de raza, color, sexo, idioma, religión no opinión. Todos veremos las mismas imágenes y escucharemos los mismos sonidos y vestiremos las mismas ropas y comeremos la misma comida y estaremos solos de la misma soledad dentro de casas iguales en barrios iguales de ciudades iguales donde respiraremos la misma basura y seremos conducidos por los mismos automóviles y programados por las mismas computadoras, en un mundo que será maravilloso para todo lo que no tenga piernas ni alas ni raíces. EDUARDO GALEANO, Úselo y tirelo.

Del pensar sobre nuestra sociedad, existen ya discusiones interminables del conocimiento sociológico y sus implicaciones en la descripción de las realidades contextuales. Se hace evidente cada vez más la dificultad del estudio de las realidades pertenecientes a una naturaleza definida. Pero dichas discusiones cuentan ya con un punto de encuentro, las producciones de las “localizaciones del conocimiento” que se hacen necesarias en la definición de esas realidades y que deben contar con un estudio mas especifico de su vida y transcurrir en la sociedad, desde el campo teórico a lo práctico Cuando hablamos de la creación de conocimiento sociológico de las regiones, es necesario hacer una crítica hacia las producciones del pensamiento centralizados. La continuidad del euro centrismo en las formas y los contenidos de la sociología colombiana nos han introducido en una encrucijada ambigua: la reproducción de teorías sobre sociedades que no existen ya, en lo que se refiere a la manera de visualizarnos en contextos y categorías de análisis diferentes de tiempo y de espacio y la reproducciones geopolíticas que con ello traen desde sus lugares de origen: la occidentalizacion científica. La sociología latinoamericana es una necesidad científica por su precisión en las realidades particulares de la región que se deben abordar en la solución de problemáticas sociales. La carencia de estos contenidos en los programas de las universidades hace a la sociología más lejos de ser un instrumento para resolver las problemáticas.

Las ponencias deben ir direccionadas a una reflexión de la sociología colombiana en un balance histórico-científico de esta ciencia humana en el desarrollo de las investigaciones de cada universidad en las que contenga replanteamientos del objeto de la sociología colombiana en el paradigma sociológico latinoamericano.

Para la propuesta de un análisis histórico-científico de la sociología en Colombia tenemos que realizar una retrospectiva y prospectiva de la misma, ya que en la situación en la que nos encontramos es evidente la puesta en marcha de repensarse la sociología desde una serie de paradigmas que conduzcan a la solución o planteamientos alternativos a la hora de enfrentar nuestra realidad.

Por lo anterior es necesario realizar un análisis de la referma que le estan implementado a la universidad publica y por consiguente a las diferentes carreras que hacen parte de esta y claro esta en la sociología.

EL MODELO DE REFORMA QUE NOS IMPONEN:

A lo largo de la historia el conocimiento se ha constituido en uno de los factores relevantes de transformación de las estructuras y relaciones sociales. El desarrollo de los sistemas educativos como medios para la creación y difusión de conocimiento se ha constituido en pilar fundamental para cualquier sociedad al ser determinante en el desarrollo de las relaciones de producción y de las fuerzas productivas sociales y materiales, fuerzas que pueden estar destinadas al progreso de los pueblos o al contrario al de la conservación de la dominación y explotación.
El imperialismo, por ende tiene como objetivo adecuar la educación superior en función del desarrollo de las fuerzas productivas a su servicio. Su modelo económico neoliberal y sistema de globalización ajusta la educación y el conocimiento para la participación eficiente en el sector productivo, determinando y controlando el que se enseña, estimulando el desarrollo de carreras como la sociología en las áreas del conocimiento que estén bajo esta lógica, por lo cual desestimulan las que no les interesan. Es este el afán de crear y cerrar carreras, extender el acceso y el fortalecimiento del sector privado en su función y definición de contenidos, y en general la arremetida actual contra la Autonomía Universitaria
El proyecto del neoliberalismo se ha trazado como propósito fundamental la organización de toda actividad económica y social de acuerdo con las reglas del mercado, lo cual comprende como es obvio la pretensión de subsumir campos de la vida social, como el de la educación a las lógicas mercantiles.
Según el gobierno colombiano, desde los años 80’ s los cambios sociales han presionado cambios en la educación superior que la enmarcan en tres tendencias:
el desarrollo del conocimiento
los procesos de innovación
la capacidad de aprender
Entre estos la innovación es principal y demanda a su vez que la docencia, la investigación y la extensión cambien y entren en modelos más flexibles que han de impactar en:
§ practicas académicas
§ practicas curriculares
§ practicas pedagógicas
§ practicas administrativas y de gestión.
Son estos los elementos que observamos en la reforma que se viene adelantando en la universidades y en los diferentes programas como el de sociología en la udenar, decretos como el 2566, la acreditación, los estándares mínimos de calidad, los créditos académicos, los ciclos y las competencias son la sistematización y concreción de la reforma que adelanta e impone el gobierno a través de las administraciones universitarias y los responsables de las facultades y programas, son elementos que hoy transforman y adecuan la universidad a los intereses del imperialismo y las clases dominantes.

Es claro que la existencia de una sociología como centro de critica, de debate de generación y apropiación del conocimiento no es funcional al modelo de universidad que pretende ser impuesto por lo gringos y sus organismos multilaterales; parafraseando el señor Michael Gibbons “la función critica de la universidad ha sido desplazada a favor de otra mas pragmática en términos de suministro de recursos humanos calificados y la producción de conocimiento”, situación que implica grandes cambios para las universidades de las naciones oprimidas hacia un modelo de universidad futuro donde “ estas contaran con un claustro docente pequeño y un conjunto externo mas grande de especialistas de varios tipos que están vinculados a las universidades de diferentes formas … “una suerte de institución de cartera” en el área de la producción de conocimiento, que talvez se limite a acreditar la enseñanza que primordialmente imparten otros”
La educación en una nación puede constituir una herramienta de desarrollo o convertirse en la perpetuación de condiciones de dominación; en nuestro entender esta debe constituirse en la posibilidad de generar alternativas de desarrollo endógeno, permitir establecer la raíz de los principales problemas nacionales y aportar a su solución avanzando en la construcción de una nación prospera y soberana.
Hablar de reforma no es un tema nuevo, mas aun por su decisivo papel en los procesos de producción y circulación de conocimiento, poniendo un debate sobre ciencia y tecnología en la nación colombiana y su articulación en los procesos culturales, económicos, sociales y políticos que determinan la realidad.

La reforma en el programa de sociología no es la excepción, en la demanda nacional de establecer con las universidades la necesidad de convertir las carreras en un espacio productivo, para la venta de servicios o mejor para recoger mano de obra barata y calificada de las carreras de sociología, invertir menos en la educación, investigación y proyección real del estudiante, no permite la construcción de un estudiante critico, propositito y transformador de su realidad, mas bien lo envuelve con el velo del escepticismo, el individualismo y el pensamiento capitalista circundante, no le provee herramientas de base para la construcción de un sociología que establezca alternativas de cambio, conceptos que coadyuven a la proyección y desarrollo de la región y por ende del país.

La revolución tecnología y científica de nuestros tiempos tiene una vertiente singular en el desarrollo de las La revolución educativa traslado casi instantáneo de personas e ideas ha generado entre otras consecuencias, el achicamiento del mundo con una reducción asombrosa de las distancias. A su vez este achicamiento provoca lo que se ha llamado el *efecto de mostracion * que se concreta, entre otras cosas, en la formación de tensiones, expectativas y demandas.
Desde el punto de vista cultural este efecto impone una confrontación de civilizaciones con choques, fricciones y procesos de alienación y centralización, que van desde los niveles elituales a las masa. De toda maneras la unidad empírica del mundo hace tomar conciencia de que es imposible y suicida desentenderse de los eventos fundamentales, positivos o negativos que se desarrollan globalmente.

Por otra parte esta realidad empírica descrita pareciera que exigiera resulociones unitarias que, en definitiva, pueden comprometer el destino de todo género humano. De hecho estas resoluciones unitarias tratan de adoptarse pero, facticamente, sin la consulta a grandes mayorías que permanecen marginadas de la decisión, transformadas en objeto y no sujeto del delineamiento global.

De ahí que el quehacer del sociólogo para la reconstrucción de nación se ve envuelto en una serie de teorías y paradigmas algunos de ellos contrario a su razón de ser y de proponer.

La sociología ha perdido su protagonismo en la transformación de los pueblos, y esto se debe a diferentes razones , unas de ellas los cambios en las políticas educativas para los centros de educación superior, la puesta en marcha de modelos económicos implementando una plan de estudios y criterios de formación que reflejan el perfil del sociólogo y su proyección con la comunidad.
Ahora bien mirando este panorama el proyecto de la sociología para la construcción de nación se ve como un espejismo, ya que la proyección que nos estan vendiendo es la puesta en marcha de proyectos y conceptos, teorías que sirvan para la justificación del modelo neoliberal y la concreción de la política de mercado.

Ahora nos vemos avocados a intervenir en la sociedad en diferentes ONG`s, en cargos alternos del Estado (secretarias y asistentes técnicos), o para avalar proyectos de desarrollo todo con los intereses de la Unión Europea, de Estados Unidos y de otro países que desarticulan el pensamiento la cosmovisión y el desarrollo de las diferentes regiones y comunidades o sectores donde aplicamos nuestros conocimientos. Es decir con la aplicación de teorías europeas y estado unidenses bajo la consiga de desarrollo y globalización de la educación y claro esta de la tecnología y las comunicaciones, dejando a un lado el sentir de los estudiantes de su verdadera ingerencia en la realidad que nos rodea, en un país donde llevamos mas de quinientos anos de atraso y dependencias donde las contradicciones de clase aun se mantienen, la pobreza el desempleo la exclusión social donde se violan todas las libertades, donde el estado social de derecho es una falacia y mas con los alcances que esta llegando la política de un presidente como lo es Álvaro Uribe, con su lema “hacia un estado comunitario”, confundiendo a la comunidad que la política de seguridad democrática, esta por encima de la Educación, la salud, la vivienda el libre desarrollo atacando lo que en tiempos anteriores lucharon nuestros antecesores, de esta manera ¿como el sociólogo puede aportarle desde su academia a un cambio fundamental a la realidad política económica y social de un país?, en donde los intereses de las clases dominantes y las políticas para la educación no le permite formarlo para aportarle de una forma integral y transformadora a la construcción de nación?
Cuando los planteamientos metodológicos y epistemológicos no apuntan cirectamente al desarrollo de teorías, conocimientos y practicas para enfrentar el papel fundamental que tenemos nosotros.
Es por eso que la reforma que se esta implementado en la universidad publica y en particular en la universidad de Nariño en sociología nos muestra que el reto que tenemos es grande que la responsabilidad histórica que asumimos como estudiantes es ahora, y tenemos que conducir a la transformación de la sociología en su proyección y en su construcción epistemológica y metodología de la disciplina como tal. la propuesta que se presenta en congreso con el cual dice EL QUE HACER DEL SOCIÓLOGO FRENTE A LA CRISIS NACIONAL. UNA CIENCIA PARA REPENSAR A COLOMBIA EN LA CONSTRUCCIÓN EPISTEMOLÓGICA Y METODOLÓGICA, proponiendo pensums que articulen bases teóricas y de trascendencia con la region y que se ponga en practica de verdad el conocimiento adquirido, abriendo campo a la investigación, a la organización estudiantil, a la definición de un perfil sociológico y que estimule la participación con decisión en tolos los escenarios de esta sociedad.
Concretando lo anterior a nuestra universidad y directamente al programa de sociología podemos concluir que la actual reforma al currículo responde a un objetivo central ; un mayor control político materializado en la aplicación del decreto 2566, el plan de estudios que nos presentan los profesores, que no dan a conocer que es la reforma, porque la necesidad verdadera de la reforma, solo nos dan a conocer su apreciación superficial, y como se ve en el plan marco de desarrollo institucional que es una de las bases teóricas en que se sustentan las reformas cabe anotar que la proyección de la universidad y de sociología en este plan es direccionado por la lógica del mercado neoliberal ya que su fin es la transformación institucional basada en:
La revolución educativa de Uribe
La acreditación
El establecimiento de un proceso de planificación
Pilares fundamentales de la “modernización de la universidad publica”, es decir la entrega de las universidades a los intereses del sector productivo monopolista extranjero y nacional y no a los intereses del pueblo colombiano, quienes en ultimas financian la universidad publica con sus impuestos y trabajo.
En este contexto los estudiantes como sector de la sociedad tenemos dos caminos: rendirnos ante los intereses del gobierno, aislándonos o dejándonos confundir, permaneciendo pasivos ante los proceso adelantados por el gobierno en la universidad e incidiendo directamente cada programa y cada facultad o por el contrario adelantarnos y participar en el debate y la construcción de una sociología acorde a nuestra realidad y nuestro papel fundamental dentro de ella, y no un debate manipulado y arreglado por intereses mencionados anteriormente.
La reforma que se presento en sociologia en la udenar nos dejo los siguientes puntos:
una evaluación docente que le da perpetuidad a los profesores y la falta de pertinencia de los mismos para las diferentes materias del pensum, al igual que no permite ver las falencias en metodologías, pedagogía y proyección de la carrera dentro de la universidad y fuera de ella.

No existe realmente una calidad académica que coadyuve al desarrollo de la carrera en sus planteamientos epistemológicos y metodológicos.

Una estructura en el pensum proyectada a los intereses de la universidad –mercado, y la desarticulación de las materias irrumpiendo el propósito de esta disciplina del conocimiento para la región el país y para la sociedad en general. (véase pensum viejo pensum nuevo).

Un presupuesto que no permite el desarrollo integral de la carrera en la docencia, practicas académicas, investigación, proyección social, bibliografía, aulas de clase, laboratorios para la investigación y las practicas tecnológicas, instrumentos logísticos adecuados para el buen funcionamiento y desarrollo de la carrera para los estudiantes y profesores entre otros.

No promueven espacios de investigación acordes a nuestras necesidades menos prácticas metodológicas para la investigación.

Pocos espacios de organización estudiantil para la producción de textos para la investigación y escenarios de discusión y de debate con propuestas.…”yo vine a hablar aquí con ustedes como un hombre que quiere morir cada día para renacer cada día; por esta razón yo debí haber defraudado a muchos porque hasta ahora estoy solamente hablando, y porque encuentro que ustedes tienen que hablar y no solo escuchar, el derecho primordial del hombre es decir su palabra.” Paulo Freire, “desmitificación de la concientizacion”, exposición en Cuernavaca, 1971.

CIENCIAS SOCIALES Y NACIÓN.
Proceso de Profesionalización de las Ciencias Sociales como Construcción de Nación:
Por Jhonn Jairo Jaramillo Gómez. Estudiante de Sociología
Universidad del Pacífico Buenaventura.

Resumen:

El estudio pretende hacer un recorrido cronológico de las ciencias sociales en Colombia, como una radiografía de la construcción de nación en el que se va a tener en cuenta los procesos de debate, critica e imposición de modelos externos para pensar nuestra realidad y los caminos para asumirnos como hijos de una naturaleza compleja, híbrida, diversa y exótica. Por ello, detenerse en el periodo de profesionalización, comprendido entre 1950 -19901 es importante y desde allí, intentar responder y reflexionar sobre la manera en que el conjunto de las ciencias sociales en Colombia ha contribuido no solo a la construcción de nación sino a su profesionalización, en la medida en que crea su objeto de investigación con fenómenos externos e internos como la violencia política, la crisis económica entre muchas otras como la etnicidad, la religión; y con aspectos al interior de la ciencia social como las bases teóricas y estrategias investigativas para recolectar información a la luz de la racionalidad científica, positivista, empírica. De esta manera, mirarse hacia dentro es abrir espacios para penetrar a un plano caracterizado por la confrontación de las ciencias sociales, donde la profesionalización de su quehacer, sus descripciones sobre la realidad, su incursión e inserción al mercado laboral, la imagen de científicos sociales, se convierte en punto de partida para establecer relaciones entre la ciencias sociales y nación.

Así, la contextualización cronológica de las ciencias sociales desde lo político, lo económico, lo social y lo educativo significa describir un proceso articulador que permitiría posicionarlas en el marco de la comunidad científica nacional e internacional, reorientando los análisis y las miradas que se han realizado sobre y desde ella, como los modelos de interdisciplinariedad y transdisciplinariedad de las ciencias sociales para comprender una nación híbrida como la nuestra. (cada uno de estos aspectos tendrá un análisis cronológico específico 50’s - 90’s)

Antecedentes:

1. Contextualización Cronológica de las Ciencias Sociales en Colombia:

“Sin el café las ciencias sociales en Colombia no se habrían perfeccionado, no habrían podido estudiar las condiciones internas del desarrollo del capitalismo en Colombia, la transformación del hombre colombiano, de sus modos de ser, las circunstancias que producirán una reforma de la estructura del Estado, el abandono y el olvido de las anteriores divergencias ideológicas entre los partidos políticos, en suma, todo ese conjunto rico de realidades diversas que el café ha creado en Colombia. El ser social determina el pensar social”. Luis Nieto Arteta

Dentro de la situación interna del país, en lo que le corresponde al ambiente académico, cultural, científico, tecnológico e intelectual, se presentan situaciones paradójicas especialmente en los años cincuenta, década crucial para el futuro de las ciencias sociales y de sus representantes; aunque ya desde 1935 se había iniciado un proceso hacia la profesionalización y especialización de las ciencias sociales gracias a la labor de entidades como la Escuela Normal Superior de Bogotá, la Contraloría General de la República y la Universidad Nacional y más adelante se integran otras instituciones como el Instituto Colombiano de Seguros Sociales, el Instituto Colombiano de Colonización e Inmigración, el Departamento de Seguridad Social Campesina del Ministerio de Trabajo y varias facultades de Derecho y Economía. Este apoyo se manifiesta en la forma de trabajo, la cual se caracterizó por la conformación de grupos interdisciplinarios (antropólogos, sociólogos, psicólogos, economistas acompañados de médicos y arquitectos y abogados). Sin embargo, esta unión de equipos interdisciplinarios no da cuenta de la realidad de la comunidad científica social que lucha por ganarse un espacio legal con reconocimiento de su profesión, ya que los resultados de la mayoría de las investigaciones dependían más de esfuerzos personales que de grupos, así estos fueran pequeños. La situación efectivamente debe repercutir sin duda alguna en el oficio que desempeñan estos profesionales, en el sentido que la división social del trabajo que se manejaba aún era muy rudimentaria, presentándose mezclas de verdaderos científicos sociales con profesionales de las ciencias sociales. Hasta aquí, esta unión podría ser considerada positiva para el futuro de las ciencias sociales, pero la combinación de papeles y roles que debían asumir desde investigadores, difusores y administradores de las actividades científicas, hizo que la identificación y presentación de un científico y profesional tomara significados ambiguos, complejos y difíciles de comprender. En última instancia aún no hay claridad sobre lo que significa ser un científico social y por ende de su disciplina. Prevalecía como norma un escepticismo organizado, acompañado de situaciones que en nada favorecían la consolidación de las ciencias sociales como carreras universitarias, dado que comienzan persecuciones directas a muchos de los intelectuales y científicos.

Esta situación mostraba una configuración de nación desde la academia, donde su descripción e imaginario era asumida por organizaciones y entidades públicas y privadas como el DANE, ICETEX, el Instituto Geográfico Agustín Codazzi, el Instituto de Asuntos Nucleares y 42 carreras universitarias nuevas ofrecidas por universidades públicas y privadas, entre las que se encuentran (ingenierías, Administración, Veterinaria, Nutrición y Dietética, Estadística, Matemática, Física, Filología, Idiomas, Sociología y otras). En este sentido, Colombia se concibe como una nación de transición hacia la modernización política y económica que debe enfrentar desafíos de cara a su desarrollo: penetración, integración, participación, identidad, legitimación y distribución.2

Ahora, este ambiente efectivamente es halagador para el desarrollo de la ciencia y tecnología, pero desafortunadamente no fue concebido como un sistema nacional para el desarrollo científico-tecnológico, ya que, si bien se habían creado varias universidades, éstas difícilmente podían tomarse como sistema nacional de universidades, dado que no existía como si lo había en México y Brasil, una escuela única pública y nacional, es decir, como Instituto Nacional de Investigaciones o como Consejo Nacional de Investigaciones. Antes por el contrario a comienzos de la década del cincuenta (50) se disolvió la escuela Normal Superior de Bogotá. Estas circunstancias obviamente tienen un causante como es el ambiente político, el cual saturado de intolerancia, no podría soportar la labor de entidades genuinamente impulsoras y creadoras de cultura.

Hay que decir que instituciones como el Banco de la República y Universidades como la Nacional y la de los Andes y otros Institutos como el Caro y Cuervo, el Instituto Colombiano de Antropología lograron mantener una actividad cultural que iría a fructificar luego a través de publicaciones de importantes estudios y documentos sobre diversos aspectos de la situación nacional, pese a la drástica y restringida opinión libre o libertad de prensa, -en la que la idea de nación no se concibe como algo que es sino como algo que debe ser lo cual da validez al proyecto de nación- que es descrita por las ciencias sociales a través de unas realidades cambiantes, diversas e híbridas.

Prueba de ello es que se mantuvieron una cantidad de revistas culturales y científicas difundiendo ensayos y artículos de diversidad temática y gran calidad. Se destacan (Mito, Ideas y Valores, Studium, la Revista del Instituto de Antropología y otras). Hay que anotar que estas revistas e institutos tuvieron el respaldo de la UNESCO.

Así, durante la década del cincuenta (50) no se logro conformar una comunidad nacional de científicos sociales, dado el apoyo que el gobierno le brindo a corrientes de pensamiento social basados en el Catolicismo, la Hispanidad y el Pensamiento Bolivariano, es decir, gérmenes de una ciencia oficial. Dentro de sus publicaciones, se exponían ideas acerca del acuerdo fundamental que debe haber entre las enseñanzas de la iglesia y la antropología.

Finalmente, los años cincuentas se convierten en una década compleja e incierta al pretender dar una idea sobre la formación de la ciencias sociales, dada la existencia de situaciones tan diversas, paradójicas y positivas por las que paso. Sin embargo, al final de esta década, se acrecienta los niveles de complejidad cuando aparecen entidades preocupadas en contribuir como la iglesia católica y la Universidad Javeriana acompañadas del apoyo del gobierno, lo cual, recae en fuertes divisiones, de acuerdo a las miradas: la oficial, la académica, la revolucionaria, la social, entre otras como la hegemónica que pretende la homogenización de la nación con herramientas jurídicas, pedagógicas, religiosas y socioeconómicas de carácter dominante y excluyente impuestas en planes y programas de desarrollo con los gobiernos de turno. Concibiendo una nación en dos sentidos: la primera conformada y representada por la elitista y la burguesía, administradora de todos los recursos, y la segunda, una nación llena de pasión y de amor por la patria, alimentada por discursos ideológicos, representada por un pueblo explotado, engañado a quien le dan la bandera, música, comida y aguardiente para sentirse colombiano. Ese pueblo marginado, olvidado, excluido como los grupos étnicos, las mujeres, los niños, los campesinos, los vendedores informales entre otros que hacen la verdadera nación.

1.1. La Incursión de las Ciencias Sociales en la Construcción de Nación.
El surgimiento, consolidación y profesionalización de las ciencias sociales en Colombia se enmarca dentro de los acontecimientos políticos, económicos, sociales y educativos que se convirtieron en apoyo y medio para su incursión en el campo político, académico y científico. Así, es necesario la caracterización de cada uno de estos aspectos, donde cada uno de ellos tendrá un análisis cronológico específico 50’s - 90’s. A partir de cada uno de estos se podrá develar la participación de las ciencias sociales en la descripción fenómenos de una realidad social compleja y diversa, es decir, las contribuciones a la construcción de nación.

1.1.1 Contexto Político:

Las ciencias sociales se vieron especialmente ligadas a la política, porque en un comienzo los científicos sociales desarrollaron actividades de apoyo a varios programas del Frente Nacional, aunque a mediados de la década del 50 se cambia de actitud frente al régimen político imperante, originado por: obstáculos y contratiempos en la aplicación de la reforma agraria; tratamiento rudo hacia los conflictos universitarios; descubrimiento de que el Ejercito y el Departamento de defensa de los Estados Unidos había diseñado y posiblemente llevado a cabo algunos proyectos de investigación sociológica sobre la manera de evitar la subversión interna en los países de América Latina. Este estudio en Colombia se conoció con el nombre de “Plan Simpático” y se realizaron a pesar del retiro y denuncia de sus colaboradores criollos. Este hecho llamó la atención de sociólogos y representantes de las ciencias sociales sobre recursos ofrecidos por varias entidades filantrópicas norteamericanas, los cuales de allí en adelante fueron rechazados en bloque, lo mismo que toda la ayuda proveniente del exterior. Así mismo acentuaron su antiimperialismo y comenzaron a valerse cada vez más de la “Teoría de la Dependencia” para explicar la sociedad colombiana y fortalecer una nación con identidad propia.

Lo paradójico es que con tanto impulso que se inicio en la década de los 60’s y al final de ella, el ambiente se transformó de un autoritarismo al pluralismo restringido, pero la política que siguió prevaleciendo y condicionando el desarrollo de las ciencias sociales, promovió un ambiente ambiguo confundiendo en ciertos casos específicos “sociología con socialismo”.

Ahora bien, en aspectos políticos la década del 70 y 80 se caracterizó por su fuerte influencia que ejercía sobre las personas, dado que aún se conservaba un ambiente muy marcado de regionalización y de provincia, es decir, de proteccionismo estatal en las empresas, de credibilidad en lo público, al punto que el ambiente político giraba entorno a fortalecer el Estado. Aunque, la década del 70 recibe un ambiente fuerte de violencia partidista producido en décadas anteriores 40-50-60 que llevó en cierta medida la terminación del Frente Nacional como alternativa de solución del conflicto político, a través de una oposición radical, que se vió fortalecida con la aparición del M-19 y otros grupos que crecieron militar e ideológicamente como las FARC-EP, UC-ELN, MRT, MOIR, EPL, entre otros, que luchaban con autodefensas creadas bajo la ley 48 de 1968 cuyo objetivo era apoyar las acciones del ejercito y defender los campesinos de la guerrilla, lo cual fortaleció la idea para crear grupos armados de defensa personal como el paramilitarismo, sobre todo patrocinados por grupos económicos con negocios lícitos e ilícitos.

Comienza así, en los años 70s y 80s a hablarse de protección del Estado, de violación de los derechos humanos, de comisiones de paz, de reformas constitucionales, por el agudo conflicto que comienza a sentir la sociedad civil de los grupos guerrilleros, paramilitares, es decir, un resquebrajamiento de la nación, que abriría grietas dolorosas a esa nación homogenizante. Pero es en la década del 90 que se dan cambios estructurales en el país con la nueva Constitución Nacional de 1991, en ella se gana la acción de tutela, se cambia la representatividad por la participación, y se crean ONGs con el fin de estudiar y proponer soluciones de paz, ya que Colombia enfrenta una situación compleja con la guerrilla, la narco-guerrilla, el narcotráfico con la guerra de carteles, las milicias populares, los paramilitares, las autodefensas, el desplazamiento masivo de campesinos, el desempleo, la apertura, el neoliberalismo, la apatía juvenil por participar en los procesos sociales y políticos, la poca inversión de la empresa extranjera por temor al secuestro y el impuesto de guerra, entre otros aspectos. Fenómenos que llevan a las ciencias sociales a hacer otra mirada de la realidad y a cambiar de paradigma, aspectos como ecología y el medio ambiente, la cultura, la educación y la ciencia, la participación de la mujer, la juventud, los niños, el deporte, los medios de comunicación y la defensa de los derechos humanos configuran una nueva idea de nación.

1.1.2 Contexto Económico Social:

La economía formal esta permeada por políticas e ideologías mundiales, como es el neoliberalismo, que traducido y ejecutado en la mayoría de países latinos se convierte en aliados de los Estados poderosos. De esta manera, entre lo formal e informal, entre lo aceptable y no aceptable se mueven las ciencias sociales, y desde éste lugar se participa en la construcción y análisis de espacios de socialización patrocinados por el gobierno nacional e internacional. Mientras que de otro lado del poder se ve comprometido por su estructura teórica y metodológica a estudiar y solucionar en cierta medida “el problema” de la informalidad y la marginalidad, solo que desde finales de los años 70s y toda la década de los 80s y 90s se convirtieron en un centro de interés, lo que podría llamarse centralidad de los marginados, dado que en una relación cuantitativa éstos marginados son la mayoría, y desde allí, las ciencias sociales buscan el cambio y la reivindicación de la vida, la cultura y la relaciones sociales que se van construyendo como camaderías, vocabularios, comportamientos de integración y pertenencia, de corrupción y de sicariato entre otras, es decir, abrir espacios para la integración y resocialización .

Ahora bien, con relación a esta economía subterránea, informal y marginal se han construido ciudades dentro de las ciudades, culturas dentro de las culturas, generando un ambiente no sólo complejo para el análisis y la descripción, sino para vivirlo. Estos espacios, surgen al margen de las políticas de Estado y de los programas nacionales dirigidos por organizaciones privadas. Sin embargo, los programas económicos neoliberales son los que van a sacar del anonimato a estos grupos e incertalos en la política de un estado de Bienestar, dando así un manejo oficial para evitar posibles movimientos contestarios, de protestas, subversivos que lideren una transformación social. Aparecen entonces conceptos como multiculturalismo, globalización, mundialización, posmodernismos entre otros para considerar que se esta dando importancia a los grupos de base como vendedores informales, campesinos, indígenas, afros entre otros, pero lo que se hace es esconder con ropajes nuevos los viejos problemas, insensibilizando y desviando el verdadero interés, es lo que podríamos llamar enajenación. En este sentido, la consolidación de una verdadera nación se ve aplazada por la poderosa fuerza con que ataca el neoliberalismo.

1.1.3 Contexto Educativo: El Papel del Científico Social y su Inserción al Mercado laboral
...en el sector educativo aparece una nueva élite de especialistas llamados tecnócratas.

Durante la década de los 60s los institutos de investigación se favorecieron del pluralismo político en el sentido que la universidad gano el derecho a una relativa autonomía sin interferencias perturbadoras de quienes asignaban los recursos. De esta manera los científicos podían ocuparse de investigaciones fundamentales de largo plazo, desarrollando la tradición científica nacional en beneficio de la ciencia universal. Sin embargo, esto duro muy poco, tan solo perdura en aquellos que siguieron trabajando al lado de las políticas e ideologías del Estado como interlocutores del gobierno, como la Escuela Superior de la Administración Pública, (ESAP), el Centro de Estudios sobre Desarrollo Económico (CEDE) de la Universidad de los Andes, el mismo departamento de sociología. Esta perspectiva deja de alguna manera ventajas en el sector de la educación y la cultura con la creación de COLCULTURA, COLCIENCIAS, ICETEX, ICFES, COLDEPORTES, SENA.

Así, estos profesionales que fueron formados en los años 60s tuvieron una época bastante agitada en aspectos sociopolíticos de mucha significación a nivel internacional, que hacían imposible preocuparse sólo del problema ocupacional. Esos fueron los años de la escalada de la guerra de Vietnam y de la oposición estudiantil norteamericana a esa larga y costosa guerra, del asesinato de líderes como Che Guevara y Luther King, de la invasión Rusa a Praga y la posterior inmolación de Jan Plach, del genocidio en Biafra, del hipismo, sobre todo de mayo francés que tanta repercusión habría de tener en la controversia sociológica sobre el papel de la clase trabajadora como agente fundamental de cambio en el sistema capitalista.

Mientras que a nivel nacional y regional, la violencia partidista, el frente nacional, se convierte en aspectos motores para ajustar las labores que debe realizar un científico social en una nación en transición a la modernización política y económica, con relaciones sociales y política complejas y conflictivas, permeadas por discursos hegemónicos bendecidos por la iglesia y respaldados por el partido conservador.

Sin embargo, pese a todo el acaloramiento político y social, el científico social se presenta como un profesional con capacidad de generar cambios sociales a través de la aplicación de programas patrocinados por organismos internacionales en favor de las clases y grupos más necesitados. Se inicia de manera fuerte una gran labor de las ciencias sociales con las comunidades, que luego de descubrir los intereses políticos que movían este apoyo social, deciden presentar las denuncias pertinentes, por lo cual el estado los desmiente y los discrimina al calificarlos como sindicalistas, guerrilleros, revolucionarios, entre otras denominaciones peyorativas de su labor.

Así, una gran mayoría de científicos sociales desvían su interés y comienzan a organizarse al margen de las políticas de estado y deciden desempeñarse laboralmente como asesores de proyectos de investigaciones con instituciones, ONGs y otras entidades. Así mismo como interventores, coordinadores, investigadores, consultores en programas y proyectos en la región y el país, como docentes en entidades educativas, esto ha permitido recoger relatos de grupos étnicos, campesinos y otros que han dinamizado con sus aportes la construcción de esa otra nación olvidada.

Sin embargo, estas practicas de investigación algunas no cuentan con un apoyo institucional que se merece, lo que hace que la función del científico social dependa más de su ingenio y creatividad para abrir espacios, donde pueda descubrir y redescubrir otras escenarios sociales. Esta dinámica del científico social devela una cierta discriminación peyorativa de parte de otros profesionales hacia las ciencias sociales, sin embargo, cuando de entender y dar soluciones a fenómenos sociales complejos y de grandes inversión o ganancias económicas se trata, como por ejemplo desplazar una comunidad campesina para explotar el suelo o el subsuelo, las ciencias sociales si son pertinentes, pasando de una función meramente operacional, instrumental a dirigir la visión y misión de la investigación. Sin embargo, una vez terminado el plazo para entregar resultados del proyecto, la funcionalidad de ésta pasa a campos administrativos y políticos, dado que en la dinámica del mercado y división del trabajo, la imagen de la ciencias sociales y la función del científico social es muy flexible y no tiene un lugar definido en una estructura organizacional como puede ser la del ingeniero o medico. Esto lo lleva a preguntarse ¿Esta relación puede considerarse una ventaja?, ¿Es esta relación con las demás ciencias la que le da su condición y esencia de su quehacer?.
Planteamiento:

2. Una Mirada desde adentro de la Ciencias Sociales: La Nación como Objeto de Estudio.

“Tratar hechos sociales como cosas” pero, decía el mismo Durkheim, “hechos sociales consisten en representaciones”. “¿Cómo puede uno ver las gafas que tiene en la nariz?”

Comenzar un estudio de las Ciencias Sociales desde ella misma podría considerarse un autoestudio, dada la posición en la que se ubican tanto el objeto de estudio como el sujeto que estudia. En este sentido, abrir el análisis en procura de conocerla desde adentro, es una confrontación atrevida, es una implosión, un malestar, una mirada al interior que inicia averiguando, husmeando que tan significativo es hacer o no hacer un estudio sobre y desde ella misma. Así, describir el desarrollo de la construcción de su objeto de estudio permite ubicar el eje de su accionar tanto como disciplina científica como aplicación instrumental a la sociedad. En este sentido, Pierre Bourdieu da claves para interpretar una respuesta sobre esta relación metodológica al proponer la categoría de campo como unidad de análisis definiéndola como: “un universo en el cual las características de los productos están definidas por su posición en las relaciones de producción, por el lugar que ocupan en un espacio determinado de relaciones objetivas”3

Sin embargo, no están sencillo entender el campo, se requieren datos básicos como: que las relaciones y las miradas entre los sujetos que participan del campo deben establecerse desde dentro y con influencias directas entre ellos, no por fuera ni independientemente. De allí, se desprende un elemento básico que tiene que ver con la construcción del objeto de investigación sobre todo cuando se esta dentro del campo. Es lo que Robert Pagés llama en su ensayo “Sociología del Trabajo y ciencias del hombre” Homotemática,4 que significa que el objeto de estudio le es homogéneo con su ciencia. Así, Bourdieu en esta línea de estudiar la ciencia desde la ciencia recomienda: “Lo importante es entonces saber cómo objetivar la relación con el objeto para que el discurso sobre éste no sea una simple proyección de una relación inconsciente con él”5. Es decir, como la nación se convierte en objeto de estudio de las ciencias sociales, conociendo que esta nación esta por descubrirse y redescubrirse en los relatos de aquellas comunidades y escenarios olvidados y borrados por ese grupo hegemónico que busca acomodar una idea de nación acorde a sus intereses y en la que acomodan a la fuerza lo que se le sale de sus manos. Desde esta concepción las ciencias sociales conciben una nación híbrida que debe estudiarse bajo modelos de la interdisciplinariedad.

2.1 La Interdisciplinariedad en una Nación Híbrida:

Tejer finamente la hibridez con la interdisciplinariedad permite crear un escenario propicio para la investigación de nuestra realidad, compleja, diversa e incierta. Es la oportunidad para pensarnos desde adentro, un encuentro con nuestro pasado aplazado, arrancados a la fuerza y obligados por la fé a asumir roles y vestidos que no corresponde. Pero no es fácil superar los traumas del desgarramiento, crear modelos teóricos propios que nos permitan iniciar ese camino en búsqueda del Omega como lo plantea Gabriel Restrepo. Es hora entonces de concerbirnos híbridos para buscar lo puro, para ello, las ciencias sociales en conjunto construir marcos de referencia pertinentes en un modelo interdisciplinario llenando los vacíos que ha dejado cada disciplina en su proceso de investigación encerrada en si misma. Sin embargo, no es un proyecto de simple eclecticismo banal que pretende seguir los pasos del prestigio intelectual al que invita el posmodernismo.

Dado que es una primera etapa donde de manera fragmentaria y paralela las ciencias sociales se consolidan en el modelo de la interdisciplinariedad, aunque los investigadores no son conscientes en la revolución en la que se adentran: “rompimiento de paradigmas”. Se pretende llegar en una segunda etapa a un modelo transdisciplinario, como lo describe el Historiador Raúl Useche (Revista Piedra de Panduro 2002). Una manera natural en el que convergen investigadores y ciencias sociales en un solo proyecto que describa un nación híbrida y comience a desenredar y dilucidar nuestra historia.

En este sentido interdisciplinar las ciencias sociales subvierten sus objetivo y fronteras encontrando así una geografía preocupada por establecer relaciones entre espacio y sociedad, ampliando sus análisis de localizar y describir los accidentes de la tierra; la historia rompe la línea del tiempo y ubica las estructuras en la larga y corta duración, se espera lo mismo de las otras disciplinas sociales como la antropología, la sociología, con el fin de llegar a ese modelo de la transdisciplinariedad.

Este proceso ya comenzó para fortuna de las nuevas generaciones de científicos sociales y que el sociólogo Jorge Hernández describe como:

“desde hace unos cuantos años las áreas de mayor innovación en las ciencias sociales en Colombia son, precisamente, aquellas que están situadas en zonas fronterizas, allí donde éstas disciplinas se amalgama con otros campos del saber. Lo que ha ocurrido es que, al parecer en todas partes, la sociología y cada una de las demás ciencias sociales han completado los dos primeros tramos de un ciclo compuesto por tres fases:
1. Formación del patrimonio originario.
2. Expansión del patrimonio (especialización-fragmentación),
3. Hibridación”.6
Propuesta
3. Una Manera de Entrar y Salir: Las Ciencias Sociales y la Nación.

“la virtud de una nación se mide por el grado en que el Estado, antes que reglamentar las vidas de los ciudadanos, se dedica a favorecer las condiciones en que ellos pueden desplegar sus iniciativas”. José Maria Samper

Pensar en las ciencias sociales es remitirse a la idea de nación, entendida como “una comunidad imaginada”(Anderson, Benedict 1991:12) preocupada por describir, interpretar y argumentar el compartir un territorio habitado por diferentes grupos sociales y étnicos, con lenguajes, dialectos y formas distintas de pensar y representar sus relaciones con la naturaleza, sus dioses y organizaciones comunitarias, sin embargo, pese a esta heterogeneidad, en el escenario de la nación desaparecen las clasificaciones y exclusiones y todos se relacionan de manera horizontal.7

Así, leer las ciencias sociales en Colombia es leer la construcción de nación, aunque como “Comunidad imaginada” presenta también el lado opuesto, basado en la definición del filósofo Avishai Margalit en La Ética de la Memoria (2002) donde discute el papel principal de la memoria en formar naciones: "Una nación", dice acérbicamente,
"se ha definido como una sociedad que alimenta un embuste sobre los ancestros y comparte un odio común por los vecinos. Por lo tanto, la necesidad de mantener una nación se basa en memorias falsas y el odio a todo aquél que no lo comparte."8 .

Podría entenderse esta postura en última instancia en naciones en amenaza constante, pero que las mirada de las ciencias sociales se encarga de develar, superar y desviar. Así, ésta ciencias encuentran una red de conocimientos que se entrecruzan con los discursos e intereses de poder y dominación, pero este agregado conforma un escenario distinto conocido como estado, aquel ente administrativo que pretende organizar y defender la nación, dado el conjunto de diversidades que articula: “Ideologías de racismo, xenofobia, exclusión entre otros como el civismo”. Sin embargo, se presentan naciones sin estado o aquellos estados para la nación, aunque esta relación ha generado tragedias horribles, violación de los derechos humanos y la idea de morir en la guerra.9.

Es así como la nación, una forma de identidad colectiva dio la base cultural para la creación del estado constitucional y a su vez contextualizó el surgimiento de la democracia, que se consolidó a través de la categoría de ciudadano como miembro potencial y activo de la democracia. Se define de esta manera la nacionalidad de los ciudadanos por un estado que controla sus lealtades. Para su manejo y control el estado aplica las clasificaciones como un elemento de poder, por ello, la frase popular “divide y reinaras”, se convierte en su fortaleza y en una forma de opacar el verdadero sentido de la nación, que significa desde la definición que Habermas (1998b:111) -citado por O’Donell- plantea un sentido amplio de identificación con la nación colombiana: “pertenecer a la nación hizo posible por primera vez una relación de solidaridad entre personas que previamente habían sido extrañas las unas para las otras”. Sin embargo, cuando el estado comienza administrar la nación y también a defenderla contra la guerra lo lleva a burocratizarse y dividirse entre el centro y las márgenes. El centro con un interés claro de extender y legalizar la dominación sobre las poblaciones que proveían los impuestos y soldados. Así, un centro que domina la población (una masa homogénea) hacia dentro y hacia afuera del territorio: hacia dentro para crear una economía nacional capitalista que sostenga los gastos del centro y hacia afuera crear una identidad colectiva que diferencie la población de otros Estados.10

Ahora bien, el proceso de dominación esta permeado por un sistema educativo homogéneo y estandarizado que impone categorías de uniformidad a los ciudadanos a través de un lenguaje del centro como un lenguaje nacional, mientras se relegaba a categorías de etnicidad, dialecto y folklore otras formas que no eran certificadas por el centro. Tarrow (2000:2). En este sentido, Fals Borda y Mora-Osejo en su texto “La Superación del Eurocentrismo”(2005) hace un llamado a mirar seria y verdaderamente nuestra realidad, nivelando las formas de conocimiento, ya que es un hecho que la centralidad del discurso y accionar del estado esta más fundamentada en políticas e ideologías del eurocentrismo. Esta situación se puede leer como:
“...la ignorancia sobre nosotros mismos, sobre nuestro origen, nuestro devenir histórico, nuestra geografía, nuestros recursos naturales entre otros; más pronto que tarde, nos llevará a convertirnos en el gran mercado de productos y tecnologías de los países poderosos y, sin que nos lo propongamos, en promotores de la economía de consumo. La misma que nos conducirá hacia el endeudamiento, cada vez mayor y la sobreexplotación de nuestros recursos...”
Aunque ésta es una descripción que se asemeja a nuestra realidad que le han impuesto a nuestras ciudades, los autores Fals y Mora no esta promoviendo una actitud de aislamiento y xenofobia en el ciudadano por el contrario pretende hacer una llamado a nuestra conciencia al sugerir:
“..cumplir con una necesidad de acumulación de conocimientos congruentes con nuestro crecimiento y progreso, que la Investigación-Acción Participativa (IAP) se define como la ‘suma de saberes’... es decir, que los paradigmas dominantes no es que sean superiores a los que se generan en otras latitudes que conduzcan al fortalecimiento de nuestro mundo... es que cuando se emplean marcos científicos y de referencias que no se arraigan en el medio de donde se quiere aplicar, aparezcan rezagos y desfases teóricos-practicos con implicaciones disfuncionales para los sistemas culturales, sociales, políticos y económicos... se convierten en fuentes de desorganización y anomia que llevan a tensiones expresadas en violencias, desordenes y abusos del medio ambiente. Necesitamos construir paradigmas endógenos enraizados en nuestras propias circunstancias que reflejen la compleja realidad que tenemos y vivimos”.

Podría pensarse entonces en esa idea inicial de una nación incluyente en medio de la diversidad cultural y como tal en el producto que surge de ese encuentro: la hibridez11.Somos una nación híbrida que esta sedienta de una lectura precisa de las ciencias sociales superando los saberes coloniales, eurocéntricos y la violencia epistémica, es decir, impensar, abrir y redimensionar la ciencias sociales12, con el fin de incursionar en el escenario de la interculturalidad que confronta, supera y desborda la idea de nación. De esta manera, las ciencias sociales en conjunto, en una propuesta interdisciplinaria de pensar una nación pluriétnica, multicultural se convierte en una luz en el camino que abre las oportunidades que se han esperado desde antes del inicio del reinado de la razón a quien se le debe hacer un juicio sobre el papel cumplido en el desarrollo de la humanidad.

Seguir la línea de la hibridez, la interculturalidad y la interdisciplinariedad para pensar la nación desde las ciencias sociales es acogerse al pensamiento de Wallesterin quien planteo en su texto “Abrir las ciencias sociales”13 la separación de la filosofía de la ciencia, dice: “La ciencia comenzó a definirse por su contenido empírico, a ser entendida ante todo como una búsqueda de la verdad a través de la investigación, a diferencia de lo que estaban haciendo los filósofos, especular o deducir de algún modo”. Ahora bien, el Producto de esta unión consistió en que: “las sociedades no son estructuras autónomas, de evolución interna; al contrario, fueron y son de hecho en primer lugar estructuras creadas por procesos de escala mundial y moldeadas como reacción a ellos”. En este sentido, construir puntos de vista novedosos que interpreten y expliquen la realidad de la nación, una nación híbrida es la alternativa, evitando copiar e imitar los modelos internacionales con las que se han construido las sociedades, pero sin ignorar el conocimiento mundial. Esto se logra bajo ciertas condiciones como: fortalecer la comunidad de científicos sociales, participar activamente del ámbito académico internacional y generar en la comunidad de científicos sociales colombianos “la cultura del debate”, leernos y criticarnos más, sin confundir que las discusiones son sobre los argumentos y no sobre la persona. Aunque ya Oscar Collazos había planteado en el “Espectador” que: “La academia es la pasarela donde desfilan las ideas de la época, donde los espacios de debate se convierten en un monólogo de cátedras donde cada uno de los participantes muestra su última perla de erudición personal”14 . Este ambiente ha sido sala-cuna donde se ha sembrado la semilla del nuevo oscurantismo patrocinado por el espectáculo de las mass media y que los Estados hegemónicos aprovechan para incursionar con protestas eufemisticas de un mundo abierto donde todo se sabe, mientras nos entretienen con ese caudal de información nos esconden tras el mismo material de información las nuevas formas de dominación, los símbolos. Por ello Pierre Bourdieu en su texto “La Nueva Vulgata Planetaria”15 dice:

“En los países desarrollados, patronos y altos funcionarios internacionales, intelectuales de los medios y periodistas de alto vuelo, se han puesto de acuerdo para hablar con una lengua extraña cuyo vocabulario, aparentemente sin origen, está en boca de todos: “mundialización” y “flexibilidad”; ”gobernabilidad” y “empleabilidad”; “underclass” y “exclusión”; “nueva economía” y “cero tolerancia”; “comunitarismo” y “multiculturalismo”, y sus primos “posmodernos”, “etnicidad”, “identidad”, “fragmentación”, etc.”.

Este es un escenario de la ilusión y el desvanecimiento, la feria del disfraz, de las apariencias en el que todos somos invitados a ser magos del discurso como el ejemplo que Bourdieu hace con el concepto de multiculturalsimo en el mismo articulo:

“El “multiculturalismo” norteamericano no es ni un concepto, ni una teoría, ni un movimiento social ni político —aunque pretenda ser todo esto a la vez. Es un discurso de pantalla, cuyo estatuto intelectual proviene de gigantesco efecto de allodoxia nacional e internacional16 , que engaña tanto quienes participan como a quienes no. “multiculturalismo”, concepto importado a Europa para designar el pluralismo cultural en la esfera cívica, mientras que en Estados Unidos designa, en el movimiento mismo que lo enmascara, la continua exclusión de los negros y la crisis de la mitología nacional del “sueño americano”, de la “oportunidad para todos”, correlativa a la bancarrota que afecta el sistema de educación pública en un momento en el cual la competencia por el capital cultural se intensifica, y cuando las desigualdades de clase crecen de manera vertiginosa”.

De esta manera se ha ido construyendo el modelo de los científicos e intelectuales colombianos preocupados por saber traducir y repetir las ideologías dominantes a través de lenguajes de inclusión de participación de todas las culturas, siendo conscientes de los grados de falsedad, pero detenidos a ser revolucionarios porque como “patear la lonchera”.

Con este modelo Gabriel Restrepo propone un intelectual tramático17 que contribuya en el proyecto nacional de llevar a las ciencias sociales en Colombia a su mayoría de edad. Este intelectual tramatico es un irreverente que camina el centro partiendo de descentramientos y desclasamientos, es un enajenado consciente que va y vuelve vestido de colores y sonidos. Es aquel que no le creen cuando es crudo en sus expresiones, por ello rompe esquemas, transgrede, se siente camino y caminante, inventor de lenguas y lenguajes. Paseador incansable por mundos orales, escritos, narrador en primera, tercera persona. Conocedor que su casa es el mundo y el mundo es su casa. Creador de tramas que impida la ‘trágica soledad del saber’, por ello no solo la clave es saber sino hacer que lleva implícito el comprender, sangre para expresar y convivir con el otro, medio y fin para transmutar el (re)sentimiento en (re)conocimiento. Aportes para construir una sociedad civil no justa pero si menos injusta, donde la complejidad del mundo requiere de mentes complejas capaces de entender una nación pluricultural. Este intelectual desprendido de las verdades del sistema pero conocedora de su peligrosidad sale de su escritorio, de quita su mascara de impostor y comienza a escribir la historia nuestra historia nacional.

Conclusiones:

Consideración Final:
El resultado que surge de la relación entre ciencia social y nación subvierte, rompe con esquemas paradigmáticos que han pretendido ser totalitarios con sus explicaciones globales y locales. Y hemos sido ingenuos al creer en la ilusión del desarrollo para un mundo mejor con la asistencia y bienestar que brindan las potencias. Desconociendo los desastres que condujo este desarrollo: destrucción de la naturaleza, perdida de las tradiciones, entre otras cosas como la imposición de una “colonialidad del poder” (Mignolo 2003:27) que se presento como la diferencia cultural, negándonos en la posibilidad pensarnos a un futuro y a su vez en una nación independiente. Ahora no es fácil asumir el duelo, enfrentar la ausencia de ese padre protector, sin embargo, es una tarea que debemos asumir con la alergia ansiosa de reacomodar nuestra historia, poner en un lugar aquellos aportes que nos impusieron con la fuerza militar, con la palabra intimidadora del sacerdote y con la voz encantadora del maestro, que busco soterrada y directamente borrar la herencia de nuestra tierra por historias y personajes de lugares extraños, tal vez irreales, con los cuales no hubo identificación. Es hora entonces de cambiar, de quitarnos esas gafas eurocentricas para reconocernos unos sujetos híbridos en una nación híbrida. Esta es la labor que las ciencias sociales en compañía de la etnoeducación le corresponde, descubrir y escribir la historia no contada y la que se esta creando en estos escenarios ya conocidos pero vestidos con los ropajes naturales. Una tarea para comenzar a vernos, a visibilizarnos, consiste en enfrentar las mascaras del elitismo, del racismo, del machismo, del militarismo que han protagonizado los hechos relevantes de esta historia oficial18. Es decir, encontrar esos otros héroes e historias anónimas que las elites blancas, ricas, machistas y hegemónicas escondieron pero no borraron.
BIBLIOGRAFIA

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WALLERSTEIN, Immanuel, ABRIR LAS CIENCIAS SOCIALES, Informe de la Comisión Gulbenkian para la reestructuración de las Ciencias Sociales, Siglo XXI Editores, Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades.

1 Se toma como referencia el periodo 50-90 por encontrar la convergencia de diferentes disciplinas que muestran sus productos y resultados a una nación conflictiva, dinámica y en construcción, convertida en su objeto prismático que se abre para ser descubierta y redescubierta.
2 Gabriel A.Almond y otros. “Modelo de desarrollo político”. En: Trabajos del Comitee on Comparative Politics. 1971 Pág. 16
3 Bourdieu P. “Una ciencia que incomoda”. Sociología y Cultura. Grijalbo, México. Pág. 104
4 Naville, Pierre. TRATADO DE SOCIOLOGÌA DEL TRABAJO. FCE. México 1963. Pág. 96
5 Ibíd. Naville, Pierre Pág. 107
6 HERNANDEZ, “Hacer Sociología en Colombia: el primer cuarto de siglo en la experiencia de una comunidad académica”. En: LA SOCIOLOGIA EN COLOMBIA. -Estado Académico-. Asociación Colombiana de Sociología. Bogotá 1997. Pág. 142.
7 O’Donell Guillermo. Notas Sobre la Democracia en América Latina. En: El Debate Conceptual sobre la Democracia. Pág. 20
8 En: Wikipedia. Definición de Nación.
9 O’Donell Guillermo, Ibid Pág. 18
10 O’Donell Guillermo, Ibid Pág. 18

11 Garcia Canclini Nestor. Culturas Híbridas. Estrategias para Entrar y Salir de la Modernidad. Buenos Aires. Editorial Suramericana.1992.
12 Useche Raul. La Desregulación de la teoría. Una critica a la apuesta transdisciplinar postmoderna. En Revista Piedra de Panduro. Universidad el Valle-sede Buga. Nº 4. 2002.
13 WALLERSTEIN, Immanuel, Abrir las Ciencias Sociales, Informe de la Comisión Gulbenkian para la reestructuración de las Ciencias Sociales, Siglo XXI Editores, Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades.
14 Bejarano Ana María. Ciencias Sociales En Colombia. Tres retos hacia Futuro. En: Discurso y Razón: Una Historia de las Ciencias Sociales en Colombia. Editorial. TM editores Pags. 23-24 Bogotá 2000.
15 Artículo publicado en el dossier ‘LAmérique dans les têtes”, en Le Monde. Mayo de 2000. Traducción: Fabián Sanabria y Guillermo Vargas.
16 Allodoxia: el hecho de tomar una cosa por otra.
17 RESTREPO Gabriel. Peregrinación en Pos de Omega. Sociología y Sociedad en Colombia. Universidad Nacional 2002. Pags 43-50.
18 MIRANDA C, Luis Abelardo. ETNOEDUCACION: Introducción a la Cátedra de Estudios Afrocolombianos desde un punto de vista neurolinguistico. Imágenes Gráficas Pág 48.
Miseria de la Sociología (y La Ciencia Social)

Por:
Paola Ocampo Constain
Saúl Rincón Alarcón
Universidad Externado de Colombia

Abstract

Con incontable evidencia, cuál sino fuera contestada se pregunta siempre: ¿qué le pasa a la sociología? La pregunta parece marcar el rumbo de la joven ciencia que apenas parece sobrepasar el siglo de edad. De hecho, y casi sin excepción el reconocimiento de su crisis y la necesidad de repensarla es tan inherente a la disciplina como lo es, por ejemplo, el análisis social o la sociometría.

Pero, ¿dónde están las fallas, acaso los debates de la ciencia son validos? ¿Se ha debatido lo que merece ser debatido? Esa es la intención de este artículo. Así como Marx reconocía en la miseria de la filosofía su potencial, así en la sociología y la ciencia social reconocer su miseria es señalar su potencial esencial. Este artículo busca señalar lo que considera es el verdadero problema de la ciencia social, el que se convierta en una “actitud”. Para ello exponemos lo que consideramos son las dificultades que acarrea hacer ciencia social y en especial sociología en un país como Colombia, para luego señalar su potencial de acción, lo que llamamos “actitud”. Finalmente intentamos una mirada al panorama de Colombia.

Palabras claves:
Sociología, Ciencia social, actitud.

Sociología es la vida libremente elegida,
en el hielo y en las altas montañas.
Por eso mira al cielo, y tendrás alas.
Nietzsche

Presentación

Con incontable evidencia, cuál sino fuera contestada se pregunta siempre: ¿qué le pasa a la sociología? La pregunta parece marcar el rumbo de la joven ciencia que apenas parece sobrepasar el siglo de edad. De hecho, y casi sin excepción el reconocimiento de su crisis y la necesidad de repensarla es tan inherente a la disciplina como lo es, por ejemplo, el análisis social o la sociometría.

Pero, ¿dónde están las fallas, acaso los debates de la ciencia son validos? ¿Se ha debatido lo que merece ser debatido? Esa es la intención de este artículo. Así como Marx reconocía en la miseria de la filosofía su potencial, así en la sociología y la ciencia social reconocer su miseria es señalar su potencial esencial. Este artículo busca señalar lo que considera es el verdadero problema de la ciencia social, el que se convierta en una “actitud”. Para ello exponemos lo que consideramos son las dificultades que acarrea hacer ciencia social y en especial sociología en un país como Colombia, para luego señalar su potencial de acción, lo que llamamos “actitud”. Finalmente intentamos una mirada al panorama de Colombia.

1. Desde siempre, por siempre: la crisis de la sociología

La crisis de la sociología parece haber existido desde siempre. Desde sus padres fundadores hasta incontables congresos gremiales se discute sobre su vitalidad y, a pesar de que ha sobrevivido a múltiples entierros y agritos de muerte parece renacer siempre, hoy día más que nunca bajo el designio de afrontar un compromiso con la ciencia social de manera general y no de forma segmentada. A modo de ejemplo Durkheim se preguntaba en Las reglas del método sociológico: “¿pues para qué atormentarse a fin de conocer lo real si el conocimiento que adquirimos no puede servirnos en la vida?” La justificación y la finalidad de tal pregunta continua, con otra inquietud: “Ahora bien, si la ciencia no puede prestarnos ayuda en la elección del mejor fin, ¿cómo podrá enseñarnos cuál es el camino para alcanzarlo?”.

Más elocuente era Max Weber quien en su conferencia La política como vocación parece indagar a primera vista sobre la actitud de las ciencias, pero en el fondo Max Weber pregunta de cómo puede realizarse la aspiración a una vida con sentido en las aceleradas cápsulas de la moderna civilización “racionalizada”. Su respuesta suena así: la ciencia, que en sus efectos técnicos configura desde la base nuestra vida cotidiana, y en la guerra ha mostrado cuanta capacidad de destrucción se esconde en ella, se ha convertido en nuestro destino y, sin embargo, nos deja solos ante la pregunta por el sentido. “¿Cuál es… el sentido de la ciencia como profesión, pues se han hundido todas estas ilusiones anteriores: ‘al verdadero ser’, ‘al verdadero arte’, ‘a la verdadera naturaleza’, ‘al verdadero Dios’, ‘a la verdadera felicidad’? La verdadera más sencilla la dio Tolstoi con las palabras: ‘la ciencia carece de sentido, pues no da respuesta a la única pregunta que es importante para nosotros: ¿qué hemos de hacer?, ¿cómo hemos de vivir?’. Es totalmente incuestionable el hecho de que la ciencia no responde a esto. La respuesta es solamente en qué sentido no da ‘ninguna’ respuesta y si ella, en lugar de esto, no podría hacer algo por aquel que plantea la pregunta acertadamente.

Son ejemplos de muchos otros que podríamos mencionar, pero tan sólo sirven para señalar nuestra enfermedad, y es que a pesar de que los síntomas sean tan evidentes es en ellos mismos donde puede radicar la grandeza de nuestra cura. Una disputa sobre demarcaciones envenenada por el territorialismo profesional moderno y la especialización académica. Los sociólogos se ven tendidos de imitar a otros especialistas académicos acotando defensivamente su materia. Ajenos al evidente desatino sociológico que destilan estas pretensiones, éstos sociólogos proclaman a su vez que sólo la labor técnica, puramente formal, publicada en revistas especializadas y dirigida a sus colegas puede considerarse “sociología”.

Y es que no es sólo la sociología, la ciencia en que vivimos es un conocimiento arrogante que sólo reconoce conocimientos alternativos en la medida en que los puede devorar; es una actividad corporativamente autónoma que sabe usar esta condición, tanto para desvincularse de las luchas sociales y del ejercicio de la ciudadanía como para entrar en jugosos contratos de consultoría mercenaria. En síntesis, las ciencias sociales en las que muchos de nosotros nos desenvolvemos hacen más parte del problema al cual nos enfrentamos, que de la solución que buscamos. El paradigma de la ciencia moderna esta exhausto, atraviesa una crisis final y por tanto estamos en una fase de transición que seguramente durara muchos años. Esta perdida de confianza abre espacios para la innovación.

La sociología se ha preocupado durante mucho tiempo por discusiones teóricas estériles, por ejemplo, la relación entre estructura y acción o entre el análisis macro o el análisis micro. Así, en nuestra opinión, la distinción y relación fundamental que debía hacerse era entre acción conformista y acción rebelde. Esta distinción se apoya en la práctica en comportamientos y actitudes frente a las formas y dinámicas del poder en circulación en la sociedad.

El fin que persigue la ciencia. Su último fin no es conquistar nuevos contenidos, es decir nuevos conocimientos sobre las cosas, sino el mero ejercicio de la función científica, mediante el cual se va enriqueciendo el espíritu. “En una fábula –dice Simmel- se cuenta que un labriego, en trance de muerte, dice a sus hijos que en su tierra hay un tesoro escondido. Ahondan y revuelven sin encontrar nada. Pero la cosecha siguiente se triplica con la tierra así removida. No daremos con el tesoro, pero el mundo, removido por nosotros será tres veces más fecundo para el espíritu”.

2. La sociología (y la ciencia social) como actitud

El panorama parece desesperanzador y es que nosotros creemos que para que tal panorama comience a ser grande, debemos asumir la sociología como actitud. ¿Significa esto una especie de mesianismo o atribuciones románticas a una ciencia? No. Significa ante nada que por actitud se entiende un modo de relación con la actualidad; una elección voluntaria que es hecha por algunos; una manera de pensar y de sentir, una manera también de actuar y comportarse que a la vez marca una pertenencia y se presenta como una tarea.

Nadie supera a nadie, pues la sociología no es una competencia en la que esperemos ver quién llega primero, y es que la alusión con la carrera es valida pues hemos competido con las demás ciencias sociales. Hemos visto muchas veces la historia de la sociología como una carrera. De hecho se cree que la sociología es una especie de fuente inagotable y transparente de sabiduría por la obnubilada forma de ver las cosas, de las ciencias, las religiones, las literaturas y la vida cotidiana. Se cree que la verdad es propiedad de los sociología, quienes con una generosidad sin par, conceder el favor de transmitirlo a la ígnara plebe. En suma, a pesar de leer tanta sociología, se nos ha olvidado que la sociología es ciencia social. Creemos que la sociología son una serie de caminos dispares que se recorren de manera profundamente emocionante y apasionada, en los que por obra nuestra, por los que otros ya han hecho o por los caminos nuevos que se trazan cada vez, es posible apropiarse de algunas de las múltiples verdades que nos ofrece la existencia que nos fue dada conocer. Pero no creo que los sociólogos sean un banco de respuestas ni un depósito de soluciones. Mucho menos funcionarios de la humanidad ha los que haya que obedecer debido a su punto de vista privilegiado. Son y sigue siendo unos incómodos preguntones que a los ojos de los comunes se indisponen, irritan y no hablan claro, se enredan y hasta se contradicen.

La dura realidad es una desoladora confusión de hermosos ideales y torpes realizaciones. Si hay una investigación que sea prioritaria es la que concierne a la propia sociedad. Si las ciencias duras se ocupan de los problemas blandos, las ciencias blandas se ocupan de los problemas duros. Admitir el paso de la sociología a una ciencia global, como lo es la ciencia social, tan sólo sería continuar con el gran legado de la sociología, sería aceptar su miseria para reconocer su potencial de cambio.

Indudablemente, cada generación se cree destinada a rehacer el mundo. La nuestra sabe, sin embargo, qué no podrá hacerlo. Pero su tarea es quizá mayor. Consiste en impedir que el mundo se deshaga. Heredera de una historia corrupta en que se mezclan revoluciones fracasadas, las técnicas enloquecidas, los dioses muertos y las ideologías extenuadas; en la que poderes mediocres, que pueden hoy destruirlo todo, no saben convencer; en la que la inteligencia se humilla hasta ponerse al servicio del odio y de la opresión, es que vale la pena aceptar la miseria de la sociología.


3. ¿Y el futuro?

Para finalizar, resulta indispensable aventurar alguna mirada, en particular desde la situación de Colombia y cuando las crisis actuales del Estado apuntan a una mayor debilidad de la universidad pública y a una virtual desaparición de la investigación básica, pero cuando los procesos de paz y de reconstrucción de la sociedad colombiana reclaman a voces una presencia alerta y cualificada de los intelectuales colombianos. En cuanto a la comunidad disciplinaria, y si nuestros análisis son adecuados, nada parece indicar una nueva integración o una dinámica colectiva. Por el contrario, puede preverse un grado más alto de segmentación en cuanto se mantenga la distancia tendencial entre una pequeña elite de sociólogos con experiencia académica doctoral y postdoctoral, con vinculación y acceso a fuentes de financiación internacional y con limitadas posibilidades de reproducirse a través de la estructura universitaria.

En cuanto a la investigación, la tendencia hacia lo regional puede verse impulsada por las dinámicas en torno a la paz, la descentralización y la recomposición territoriales, la impostergable reconstrucción de la sociedad rural y desde luego las prioridades de recursos ambientales y de recursos naturales. Los nichos universitarios de investigación y de generación de propuestas sobre el país y otras entidades y fundaciones de cooperación internacional probablemente tenderán a concentrar una parte importante de la dinámica intelectual y técnica de los próximos años. La articulación con las universidades, en la medida en que éstas realmente constituyen las únicas opciones para una investigación libre, científica, no ligada a intereses estatales o de empresas o ideologías, puede aportar bases para una nueva redefinición de nuestro futuro.

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